Mi club de la infancia, ese en el que pasaba tardes enteras de verano, desde el mediodía hasta el atardecer, simplemente existiendo, existiendo en la pileta, o jugando al vóley en la cancha de baldosas, o a las cartas, en el jardín lateral, bajo algún árbol. ¡A los doce sí que sabía jugar al truco! El Nueva Era Club(NEC) es un club de barrio, fundado por obreros e inmigrantes esperanzados que ponían a sus clubes nombres como Libertad, Unión y Progreso, Cosmopolita, Nueva Era. Este club tiene una ubicación de privilegio por estar en la intersección de dos avenidas, frente a una de las Cuatro Plazas: la de los juegos. Ocupa casi una manzana, tiene una cancha multifunción: tenis criollo, vóley y básquet; tiene una pileta de 50 mts. de largo y otra más chica de 3 mts. de profundidad. Tiene parrilleros, tiene un espacio verde, tiene gimnasio y un espacio para reuniones, con una planta alta donde recuerdo haber asistido a un taller de arte de niña, los sábados a la mañana. Tengo que contar que jugué al vóley en el equipo del NEC, bajo la dirección técnica de Juan Cotu. Y si bien yo no era de las mejores, sí me he esmerado en pegarle a esa pelota. Pero la anécdota se dirige a destacar que del NEC salió una jugadora de la selección nacional de vóley, quien quizás ya esté retirada, no lo sé. Su nombre es Mirna, una rubia muy alta y bella: nuestra rubia alta y bella. Hoy, es decir, en estos días, me crucé desde la plaza al NEC para ir al baño. No me dejaron pasar: «sólo socios», me dijo un señor mayor que justo fue a hablar con el de la puerta. «Fui socia toda la vida», le dije. «El baño está roto», me retrucó. «Y ¿a dónde van al baño las mujeres?» insistí. No me contestó a esa pregunta, sino que volvió a decir«sólo socios». Bastante decepcionada, me fui al baño de la heladería.