Ooh La La! es de esos locales que están en pleno barrio, con precios de barrio, calidez de barrio, pero que se presentan todos coquetos y delicados, como si estuviesen en la Peatonal: la vidriera bien armada, con apenas un par de prendas expuestas, el detalle de las maderitas en el frente con el nombre en relieve(y bien diseñado, muy pituco, como decía mi abuela), adentro los mostradores, estanterías y percheros de madera, el exhibidor que tiene aros de diseño, los pañuelos de colores colgando, algunas carteritas para salir colgando de un perchero. Entrás y te dan ganas de comprarte algo. Es así. A mí me sacó de apuro más de una vez. La primera vez fue un sábado a la tardecita, víspera de mi cumpleaños. Había salido a buscar una remera para estrenar en el festejo del día siguiente pero llevaba rato entrando a todos los locales de Ayacucho, hasta al más ínfimo, y probándome todo y no encontraba nada en precio que me gustara. Ya empezaba a desesperarme(sí, ése era el sentimiento, ¡era mi cumpleaños!) y encima se acercaban las ocho de la noche y todo cierra para esa hora. Resignada(era eso o ponerme a llorar, y ni daba ponerme a llorar) crucé Av. del Rosario para ir a esos localcitos nuevos(léase: que llegaron al barrio después que yo, aunque ya lleven abiertos hace varios años) a los que nunca llego porque del otro lado de Av. del Rosario ya es demasiado viaje para mí(porque soy exagerada ja). Así fue que entré a Ooh La La! por primera vez y me enamoré de todo lo que tenían. Pero yo estaba buscando algo más o menos específico: para usar con calzas, para estar al aire libre despatarrada en el pasto… Las perchas estaban llenas de cosas lindas que me daría pena arruinar un domingo jugando al Twister(que era mi plan), así que ya me estaba yendo cuando la chica me dice: «Hay algo en la vidriera que quizás te guste». ¡Y tenía razón! Malísima yo que no lo había visto cuando entré. La remera estaba a muy buen precio y resultó ser de excelente calidad, un año de usarla-lavarla-volverla a usar y no se estiró, no se arruinó y apenas si tiene pelotitas. Desde ese día, siempre que puedo vuelvo a ese local a renovar mis remeras para el día y la noche.
Eric M.
Rating des Ortes: 5 Rosario, Argentina
No sé qué hago reseñando un negocio de ropa de mujer. Les juro que todavía no me vestí nunca de mujer(salvo una vez pero tenía 16 años y lo hice casi obligado. No, no tiene nada que ver con el Padre Grassi. Era por el cumpleaños de 15 de mi hermana y esos famosos videos que uno nunca quiere volver a ver. No, no hay fotos.) Me gustó el nombre del lugar. Me gustó el logo del lugar. Me gustó la tipografía del lugar. Me gustó el detalle del frente con madera. Me gustó que haya un pizarrón indicando liquidaciones. Averigué y el lugar está bueno. Venden ropa muy linda, que no se consigue en otros lugares de la ciudad y a un precio bastante accesible, como cualquier tienda de barrio. Las chicas que te atienden son geniales, aunque ninguna te dice«Oh la la», porque si lo hicieran quedarían como unas taradas, ¿no? Bueno, se los recomiendo. Sobre todo si sus hermanas le piden que se vistan de mujeres para un cumpleaños de 15.