Paco Tio Confiteria

Esta reseña empieza con que a mi papá le gusta el whisky, le gusta mucho. Y con que los domingos salíamos a comer a diferentes lugares cerca de casa, y después venía el café. Y el café de los domingos, era en Paco Tío. Sin dudas, ese momento era el mejor del almuerzo.
Este bar es un escondido del centro, no está a la vista de todos, ni te va a captar con una vidriera que te invite a pasar. Es conocido entre los rosarinos de pura cepa. Ninguna persona de más de 50 no lo conoce, y es sin duda un lugar muy acogedor para ir. Debo confesar que en mis épocas de pre púber estaba muy enamorada de un mozo de barba y ojos claros… Ahhh, la juventudddd…
Mi parte favorita de Paco tío es que tenía como un patiecito chiquito con una especie de fuente, donde con mis hermanas íbamos a tirar monedas o tan solo a jugar al rededor de la belleza que nos parecía.
El bar en sí mismo, es un bar de café para mi, es un cafetin, podés pedir algún tostado o algo así, pero es más la historia y la atención lo que capta a las personas.

¡¿ME PUEDEN PRESTAR ATENCIÓN TODOS EN Unilocal POR FAVOR?!
Porque yo necesito en demasía que todo el mundo conozca éste lugar que está tan escondido que no va a suceder nunca.
Como en un viaje en el tiempo, a una película de Stanley Kubrick, Paco Tío se esconde en el fondo de ésta galería que no se su nombre pero es en la que está el Cine Arteón. Una decoración re clásica de pequeño burgués adulto de los 60’s, éste bar resiste a las demandas del comercio competitivo, porque sus clientes deben ser los mismos clásicos pequeños burgueses que en los 60 ya eran adultos y hoy son clásicos viejos más aburguesados todavía que van con sus tapados de pieles y cosas de cuero y oro a hablar de caballos o vestidos.
Les juro que es impresionante estar en éste lugar, se quedó en el tiempo, con las comidad y bebidas también, venden esas picadas raras con piononos ponele, y mucho bermú’ variado, o cosas como martinis con aceitunas en sus copitas. Los viejos se empinan un toque y bailan (posta)
No adelanto más, miren las fotos, enloquezcan, vayan, de nada.

Paco Tío es uno de esos que no encontrás caminando por la calle. O tenés que haber entrado alguna vez al estacionamiento de calle Sarmiento al 700, o te lo tienen que haber recomendado. A mí me lo recomendaron.
Es un lugar donde se puede disfrutar de la tranquilidad aún estando en pleno centro. Venir caminando de la calle, 40° de calor, bullicio permanente, bocinas de autos el humo caliente de los colectivos, amerita encerrarse en un lugar como éste. Entrás a la galería y te internás en Paco Tío. Te aislás.
Se puede disfrutar de alguna comida o de la cafetería, que también es muy buena en un ambiente muy acogedor. El promedio en edad de los clientes es entre cuarenta y cincuenta años. Ah! También se organizan encuentros para adultos mayores donde se despliega el encanto de la cultura y del estar juntos.