Tiene algo este parque, tiene un plus de algo. Creo que es la antigua Estación de Ferrocarriles Central Córdoba lo que le da un aire de burbuja temporal, de ruinas antiguas, de misterio. También la ubicación, porque está lejos de todo, aunque no tan lejos: apenas San Martín y 27 de Febrero. El Parque Irigoyen entró en la ola renovadora de parques y paseos, la misma que le cambió la cara al Parque España –parque que se desmoronó un buen día, pero que ya volvió a ser un sitio seguro; y a otros espacios verdes más, como para que el negocio turístico y el boom inmobiliario se coticen un poquito más. Lo único que pido es que no le pase nada a la Estación Central Córdoba. Este parque tiene mucho césped y mucho sol. Es frecuentado por artistas circenses, por murgas, por bailarines y acróbatas, para practicar sus artes. Tiene una pérgola siempre repleta de adolescentes. En un rincón, casi cayéndose del predio, una masacotosa estatua representa al Che Guevara. En derredor del parque, la zona es rara: enormes edificios como el Banco de Santa Fe, pálidos, crean un ambiente desértico. La calle San Martín empieza, desde 27 de Febrero hacia Pasco, a ser un gran taller mecánico, con sus decenas de locales de repuestos de autos.