Plaza López

De todas las plazas céntricas me quedo con ésta!
En sus principios este recinto rodeado por las calles Pellegrini, Buenos Aires, Pje. Storni y Laprida, fue un mercado de verduras, luego un corral de caballos y hoy la reconocida Plaza General López.
Una manzana entera para disfrutar a cualquier edad. Los más chicos tienen la calesita que sigue con la estructura inicial, da sus vueltas al son de canciones infantiles y no cumbias como lamentablemente está sucediendo en varias, el calesitero sigue regalando vueltas a quien agarre la sortija. El sector de hamacas, toboganes y subibajas ha sido renovado con una cerca y un piso que ha dejado de ser de arena.
A cualquier hora del día es lugar de encuentro de perros de todo tipo junto a sus dueños, hay bancos bien distribuidos para sentarse en las afueras, frente a la fuente europea (que es el mayor distintivo) o entre los árboles que según dicen, hay más de 50 especies.
Cayendo la noche se encienden cantidad de faroles que a simple vista parecen diamantes, lo que hace que mientras más oscuro se ponga el cielo, más brillo le den al terreno verde que se vislumbra desde lejos.

Durante dos años fue la plaza de mi barrio. Siempre es lindo tener un espacio verde a donde ir a tomar un mate, leer un libro o simplemente despejar la mente. No recomiendo, sin embargo, transitarla de noche, porque tiene un terreno con ondulaciones que hace que una no pueda ver qué pasa al otro lado. De todos modos, me encantaba ir el domingo a la mañana porque se respira paz en esta plaza. Por otro lado, todos los viernes de 9 a 13 (de febrero a diciembre) hay una feria muy interesante: se comercializan productos artesanales, dentro de lo que son las ferias de productos solidarios, que promueven la inclusión de pequeños emprendedores. Estos venden sus productos de excelente calidad y a muy buen precio.
La plaza está ubicada entre Buenos Aires, Pellegrini, Laprida y el Pasaje Alfonsina Storni, que lleva el nombre de la poetisa porque residió allí junto a su familia, durante algunos años.
Por otro lado, la calesita también tiene su historia: pertenecía a un griego que vino al país en 1925, persiguiendo un amor. Está instalada allí desde 1950.

Para cortar un poco con tanta monotonía de concreto vino la Plaza Lopez a darnos un respiro. Tiene aproximadamente dos cuadras de extensión, con amplios espacios verdes, una arbolada abundante y caminos de polvo de ladrillo para una caminata a través de la plaza. Uno de sus lados está ubicado sobre Av. Pellegrini, una de las más transitadas de Rosario, y llama la atención tanto verde rodeado de tantos edificios, pero también resulta alentador. Recuerdo ir a la facultad caminando y atravesar esa plaza por tener la necesidad de ver y respirar verde.
En el centro de la plaza hay una fuente con agua que suma al atractivo del lugar. Cuenta por supuesto con bancos dispuestos en los alrededores, pero creo que lo mejor es sentarse sobre el pasto y disfrutar de la naturaleza. Los usos que se le da a la plaza son varios. Muchos, por su extensión, salen a caminar allí, otros sacan a pasear al perro, otros van a compartir un rato con amigos tomando mates, y hasta hay también juegos y una calesita para los más chicos.
Tuve la suerte de haber vivido cerca y conocer esos pequeños secretitos del lugar. Uno de ellos es la feria de los viernes, como yo le decía, o Feria de Productos Solidarios, donde en varios stands se expone mercadería de productores locales como dulces, panes, objetos de decoración, verduras, plantas aromáticas, etc.
De todas maneras, aunque de día siempre hay movimiento, las calles entre las que se encuentra (Buenos Aires y Laprida) no son las más transitadas, y de noche circula poca gente por ahí. La iluminación tampoco acompaña así que recomiendo visitar la plaza más sobre las horas del día. Sin embargo, es una de las más lindas de Rosario y siendo residente o visitante, uno no puede perderse de lo que este hermoso espacio verde tiene para ofrecer.

En el medio de una de las avenidas más transitadas por autos y caminantes de toda la ciudad, en la zona macrocentro entre calle Buenos Aires y Laprida, se abre paso esta plaza cuyo nombre se refiere a Juan Pablo López, hermano del caudillo Estanislao López que también fue gobernador de la provincia de Santa Fe en el siglo XIX.
Una fuente en el medio, que en aquellos años en que se creo fue traída de Europa especialmente, atrae las miradas de los transeúntes y las aves que se dan sus baños en ella.
Vegetación de todo tipo: jazmines, rosales, pinos, madreselvas, palmeras, robles, magnolias, plátanos y más, hermosean la plaza y la gris calle que la rodea.
Fue conmemorada como la plaza del día del trabajador, empero en la actualidad viven allí muchos desempleados tratando de subsistir en la venta de pequeños productos o la limpieza y cuidado de autos.
Caminos y bancos de cementos, pasto, juegos y una calesita completan el espacio físico que se desenvuelve para dar un respiro a tanto edificio y humanos hacinados de la urbe.
Este sitio es clásico en la ciudad, muchos tienen de seguro anecdotas y recuerdos de ella porque así como antigua es de las plazas más concurridas.
Un dato curioso es que la cortada que la bordea del lado contrario a la avenida, se llama «Pasaje Storni» porque la escritora Alfonsina Storni vivió en una casona allí durante el siglo XX.

Un oasis en el medio del centro, no abundan las fuera de los barrios, y los parques quedan un tanto más alejado. En el macro centro, sobre Pellegrini se impone la famosa Plaza López. Para romper con tanto asfalto, autos y gente a mil, la plaza es ideal. Más de una vez en lugar de cortar e ir a comer algo a Pellegrini me hice un picnic de 45 minutos en la plaza al mediodía.
Sombra para todos y todas, no cabe duda que los frondosos árboles son un lindo pulmón y le baja la temperatura, banquitos cada unos metros, caminitos zigzagueantes con piedritas, arbustos, un arenero, hamacas y una calesita (que ya quedo para siempre dentro de mi vida).
La plaza es grande y da espacio para todo, podes encontrar los dueños de la mayoría de los perros que viven a 5 cuadras a la redonda paseándolos, algunas señoras entradas en años sentadas en los bancos, grupos de chicos tocando la guitarra, mateando, jugando a las cartas o estudiando. Madres, padres, niños, todos con un lugar para ellos.
A la noche la cosa es distinta, no digo que pase algo o no, pero el aspecto de la plaza, da un poquito de miedo, probablemente sea porque la iluminación no es suficiente, los frondosos árboles y arbustos la oscurecen mucho mas. De todos modos, ahí por Pellegrini sentado en un banquito, no pasa nada.
Hay un árbol cerca del medio que a la noche parece la casa del Jinete Sin Cabeza.
Es hermosa, está bien cuidad y totalmente necesaria.

La Plaza López es una plaza sobre Av. Pellegrini llena de vida. Ocupa una manzana y media (cale Cochabanba está cortada por la plaza) y está llena de árboles enormes que le dan sombra todo el día. Es una plaza muy linda que por las tarde se llena de hombres y mujeres que hacen ejercicio o que pasean a los perros que viven en los edificios de los alrededores, y es un lindo espectáculo de ver, todas esas personas charlando en ronda mientras sus perros corretean y se persiguen entre sí.
Hace poco la Municipalidad restauró la plaza, acondicionando los caminos que la surcan, poniendo más bancos y arreglando la fuente y la plaza de juegos para niños (cambiaron la rena por cemento, y la cercaron por seguridad). Para destacar: es una de las pocas plazas de la ciudad que tiene pororero y una calesita que aún funciona y en la que todavía se puede jugar a sacar la sortija.
Los viernes a la mañana sobre la vereda de Pellegrini hay una feria de productores en la que se pueden conseguir panificaciones y dulces caseros, plantas y semillas, y en la esquina de Laprida y Pellegrini hay un puesto que vende flores. Para mi, la parte más linda de la plaza es alejándose de Pellegrini y acercándose a la cortada Alfonsina Storni, porque hay menos tráfico y más calma. Igual, para tener en cuenta, es una plaza un poco oscura de noche, y es mejor tener cuidado cuando baja el sol.

Si cierro fuerte fuerte los ojos y pienso en algún recuerdo de mi niñez aparece la calesita de la plaza López. Mi abuelo y mi abuela nos llevaban a mi y a mis hermanos casi todos los días de las vacaciones de verano después de las 6 de la tarde. Que divertido marearse sin parar! No solo hay una calesita sino que también hay juegos para niños tales como toboganes, hamacas y un pedazo de arena para construir algún que otro castillo encantado.
Más allá de la calesita que todavía sigue funcionando, la plaza López es famosa por la gran variedad arbórea, es la de mayor variedad en todo Rosario. Imaginen la cantidad de oxígeno que existe en este pequeño paraíso arbóreo. Tiene grandes espacios de pasto y todos los caminitos de piedras coloradas nos llevan al centro de la plaza donde hay una fuente enorme con un chorro potente de agua saliendo de su garganta.
Es un lugar silencioso y tranquilo, el ruido del agua cayendo se apodera de nosotros y nos ayuda a relajarnos.

En sus orígenes fue conocida como plaza de las carretas, fue depositaria de los carruajes de las encomiendas que ingresaban a la ciudad. Tiempo después pase a ser un mercado de abastecimientos-​frutas y verduras– en 1858.
Durante la guerra del paraguay– 1865 – 1870, la plaza se convirtió en lugar para albergar heridos de la guerra, en dicha guerra Rosario perdió 100 rosarinos.
Toma nombre de plaza Brigadier López por el caudillo, en ese momento gobernador d ela provincia.
La municipalidad de Rosario, años después, toma la plaza como espacio público, en su mástil se recuerda la primer celebración del 1 de mayo– día del trabajador-​organizada por los partidos socialistas, anarquistas y comunistas. En el centro de la plaza se ubica una hermosa fuente y el parquisado contiene una gran diversidad de especies botánicas señalizadas