Lo primero que tengo que decir sobre este negocio es que si pasan por esa cuadra de calle Ovidio Lagos y no lo ven, es que busquen bien. Pero bien, eh, que no es fácil de encontrar. Yo hice toda la primaria a media cuadra, la secundaria a tres, pasé 17.000 veces y nada. Mi novia cursa en la facultad a dos cuadras y tampoco. Igual, presten atención: es una puerta de rejas de hierro negra casi en la esquina de Lagos y San Juan, con una plaquita donde se lee el número y un papel pegado en el vidrio que te avisa que ése es el local. SI están buscando patines artísticos toquen timbre. En serio. Vale la incertidumbre. Caímos ahí buscando patines artísticos para las sobrinas de mi novia y quedamos maravilladas. Las paredes están llenas de cuadritos con las fotos de las patinadoras y patinadores a los que ellos les hacen las botas, y las medallas y copas que han ganado los equipos de competición a los que proveen. Si eso no alcanzaba para dejarnos sorprendidas, la atención fue superadora: cuando mi novia les dijo qué estaba buscando, la llenaron de preguntas acerca de las nenas, la actividad que realizaban y sus requerimientos sobre los patines. Hicieron una fichita personalizada para cada una, donde fueron completando todos esos datos; así, si el patín se les llega a romper o gastar o quedar chico o lo que sea, tienen toda la información asentada para saber exactamente cuál es el producto de ellas y no tienen que andar preguntando de nuevo, ni siquiera necesitan verlos. Diseñaron los patines especialmente para las peques; nosotras no sabíamos nada de nada sobre patines y el señor que nos atendió nos fue orientando y nos dio todos los consejos, no para armarnos el producto más caro sino para que nos lleváramos el mejor regalo posible(a mi me dieron ganas de empezar a patinar, ¡imagínense!). Las botas que novia terminó encargando eran importadas(italianas) y el vendedor fue totalmente sincero: con cómo estaba el tema de las importaciones, las botas, con suerte, iban a llegar en un mes. Igual cada vez que tenían novedades la llamaban para comunicarle el estado de su compra, y aunque la inflación iba en aumento, al cabo del mes y medio le cobraron exactamente lo que le habían dicho en el momento cero; de hecho, fue pagando de a partes, ya que era mucha plata para pagarla toda junta. Además de patines, podés encontrar ahí todo lo que un patinador necesita: desde bolsos especiales para guardar los patines hasta las tuercas para repararlos. Hacen envíos a todo el país y con los patines nos regalaron las medias para usarlos(que se yo, es un detalle copado).