Gaudi

Fui a una cena organizada por mi laburo.
Estuvimos en el piso que es bastante grande y se encuentra decorado con fotografías en blanco y negro de películas y referentes de la música. Las mesas y sillas son de madera, la redonda en la que yo estuve se movía toda. A los costados hay más mesas con sillones de la pared en un cuero rojo.
La comida estuvo muy buena, las entradas fueron lo mejor: bruschettas, papas con cheddar y palillos de pollo con verduras (no recuerdo el nombre técnico exacto ahora). Los tragos bien.
Lo que no me anima a recomendarlo es la lentitud de la entrega de las comidas, cuando todos terminaron una opción del plato y se los levantaron llegó recién la segunda opción para los demás. Los postres tardaron en traerlos y no se comunicaban entre los mozos para la distribución. Varios comensales tuvieron que llamar la atención para pedirlo.
Arriba me comentaron tienen un salón más grande. La moza es muy simpática, los chicos no tanto, van y vienen nomas. Abajo hay una cafetería y heladería.

Pésima atención.
No conocen la carta que ofrecen. Pedí wrap de pollo, me trajeron cualquier otra cosa y me discutieron de que eso era un wrap. Impresentables. De más está decir que no vuelvo más

La heladería es lo más y los precios son normales. Es ideal para pedirse un helado artesanal y cruzarse a la plaza de en frente que siempre suele tener una feria artesanal.
Del pub sé cero, yo sólo voy por los helados.

El lugar esta bueno. Le pongo 3 «Yelpoints» porque el patio que tiene es genial. La vista muy linda, la plaza y la catedral que le da un toque «chipo ná» ideal de la zona de San Isidro.
Los precios están bien, no hay una gran variedad pero ese día buscabamos un patio y hacer un late brunch en algun lugar al aire libre y este lugar cumplió con lo pedido. La atención estuvo bien, fue rápida. Seguro volvería.

Al lugar le voy a dar un 3, porque pueden esmerarse un poco pero no. El lugar es lindo, típica cafetería entre clásica y moderna, sillitaa afuera y un café piola.
Lo malo: es un poco caro, pero vamos, esta frente a la Catedral de San Isidro por lo que tiene un publico muy cautivo y ya saben que funciona. He desayunado varias veces acá y cumple. En otoño el patio afuera es un gol, pero el dato que vale la pena es: TIENE UNA HELADERIA BARATA Y MUY RICA.
La última vez quise innovar y pedí un café irlandés porque 8 grados y frio, que venia con crema, chocolate y canela pero me llego un coso medio aguado que perdió pinta a la primera que revolvi.
Se come aceptablemente, algunos sándwiches y cosas así pero nada del otro mundo.