Llevo más de un tatuaje en el cuerpo, pero hace poco menos de un año, me tocó hacerme el más importante de mi vida… mi hermano ya no estaría más con nosotros, y sin poder dejar ir su sonrisa y su presencia única en nuestro trío(tengo una hermana y lo tuve a él 36 años) decidí ponerlo en mi cuerpo, para siempre, en la forma de un mandala del sol que iluminara su camino al infinito y me acompañara por lo que me quede de vida. Así de importante. Así de fuerte. El tatuaje debía ser perfecto y así llegué a Tattoo Paradise. Me atendió Felipe Ortiz Islas, uno de los jóvenes artistas de la imagen que trabajan en el local del conocido caracol Portal Lyon. Bastó con que lo contactara por facebook(tiene el suyo personal y el del local) y le contara de mi idea… y cuando llegué al local, el dibujo que tenía listo para posar en mi piel, hablaba mucho más del nexo infinito con mi hermano, que mi idea misma… A un precio muy razonable(más barato que tatuajes más simples y menos detallistas que me he hecho) y con una mano veloz y una agradable conversación, en dos horas(para los que se han tatuado, saben que es poco) me fui feliz con mi mejor tatuaje… que siempre tendré.