Catedral de San Bernardo

Cuando se cierra de tras de uno la puerta de la Catedral de San Bernardo, parece uno haber entrado a otra dimensión, y ya el abrumador ruido de la calle Arturo Prat y sus colectivos enloquecedores se han silenciado bajo esta cúpula aún iluminada por la luz del día. Las personas entran y salen a medida que sus peticiones han realizado.
Aquí también yacen los restos de Don Domingo Eyzaguirre, el fundador de la comuna, ejemplo de valor católico para la iglesia de la comuna. Pero sus restos, en realidad, recién fueron trasladados con ocasión del bicentenario de la patria. La Catedral, la nueva, ha unido la historia no sólo de su región, sino del país entero, a su propio corazón.
La Catedral está abierta a todo público, pero si usted quiere conocerla y asistir a alguna misa al mismo tiempo, le informo que éstas se realizan los días Domingos a las 9:00, a las 10:00, a las 12:00 y a las 19:30; los últimos domingos de mes se realiza la misa en latín, a las 18 hrs.

Impotente, así se muestra esta construcción data de 1820 gracias a la Diócesis de curas de San Bernardo. Es uno de los de los emblemas de la comuna y es que las campanadas de todos los días a las 19.00 hrs anunciando la misa oficial diaria, no deja indiferente a cualquiera.
Debido al terremoto de 1985 y a los paupérrimos materiales de construcción de la época, la catedral se vino abajo, matando a un par de personas, que en su miedo colectivo ingresaron al templo en busca de protección.
Ya modernizada es un punto estratégico de junta para los habitantes de San Bernardo. El típico «reunámonos afuera de la catedral» es muy común. Eso sin contar que es el lugar favorito para la celebración de matrimonios y misas. Hace poco fui a ver si hay horas para una misa individual y me dijeron que estaban copados hasta diciembre, ¡Increíble! Lo que me confirma que la fe y catolicismo aún es masivo.

En 1.820 se construyó esta catedral al frente de la plaza de armas de San Bernardo y desde entonces ha sido testigo de todos los terremotos que han afectado a la zona central, por lo que también ha tenido que ser reconstruida varias veces. La última vez fue en 1.985, cuando incluso murieron personas que se encontraban en su interior.
En este lugar hice mi Primera Comunión y tengo muy gratos recuerdos de esos años, aunque me haya alejado un poco por diversos motivos, pero al menos voy cuando mi mamá manda a decir misas para nuestros familiares. Sí, porque puedes agendar un día para que nombren a tu pariente antes de la misa: de lunes a viernes son individuales y tienes que pagar $ 3.000; y el domingo son colectivas, por lo que el aporte es voluntario, pero puedes inscribir a todas las personas que quieras en la lista.
Además, podrás observar la moderna arquitectura y las atractivas pinturas del artista Juan Francisco Echeñique. Lo único malo que tiene la catedral es la acústica, a veces no se entiende bien lo que habla el sacerdote, pero parece que eso es común en las iglesias.