Esta veterinaria no lleva mucho tiempo en el barrio y, además, es un símil de una tienda de mascotas especializada en mascotas acuáticas y acuarios que queda un par de negocios cerca de ahí. La diferencia es que en esta tienda hay mascotas exóticas y expertos en el tema, lo que para mi es muy importante. Solía pasar por afuera cuando iba camino a casa y me gustaba mirar en la vitrina al hurón subir y bajar de su cama, los hamster y roedores que no se sus nombres correr en sus ruedas, las tarántulas haciendo lo que hacen las tarántulas y, por sobre todo, los erizos haciendo lo que mejor saben hacer: dormir. Pensé que nunca lograría tener un erizo e, independiente de todo lo demás que hay en la tienda como alimento para mascotas, juegos, jaulas, incluso hay un baño para perros y más curioso aún, siempre hay un perro distinto en la entrada, lo único que me llamaba la atención eran los erizos. Cuando por fin pregunté me dieron un precio: 50 mil pesos el erizo y todo su entorno, y yo tenía pánico porque era mucha plata. Dos meses después volví a preguntar y me hicieron una rebaja y me regalaron el bebedero. Me dieron una clase magistral sobre los erizos y lo que debía tener en cuenta para su cuidado, me ayudaron con el alimento y, cada vez que tuve una duda, pude pasar a preguntar lo que quisiera y cuántas veces quisiera. La mejor disposición de sus trabajadores y del su dueño ante mis dudas.