Quisimos dar una vuelta por el Cajón y cambiar los lugares típicos en los que íbamos a almorzar. Esperamos que el camino cambiara un poco y llegamos a este lugar, muy parecido a una hacienda colonial convertida en restaurante pero que se veía muy acogedora y cálida. Parrilladas, esa es la especialidad. Tiene dos tipos y sin duda las dos debes ser bastante buenas, pero me pareció una exageración de comida. Pedimos camarones al pil-pil de entrada y entre tres quedamos muy bien con el bocadillo. Después llegó la carne que era, sin duda, demasiado. El puré que pedí venía recalentado en microondas, lo que me molestó bastante, pero su sabor estaba bastante bueno, por lo que pensé que sería innecesario alegar. Después de un rico momento y rico almuerzo llego la cuenta. Estoy segura que no había un almuerzo tan caro para compartir en familia. A pesar de eso, todo lo demás me pareció bueno, mucho más los juegos que están afuera.