El Hoyo

Wanted to tried something typical Chilean and all reviews directed me to this place, it’s off the beaten path, but easily accessible by Metro (estacion central) and then walking.
The ambiance is typical very busy, they also serve the classic «Terremotos» drinks, had my first one here, they’re good but go easy on them!
Anyway, totally recommend this place! They do take credit cards and the attention was good.
Even though the picture of the pork nuckle (pernil) does not look very tasty, it really was, it came with mash potatoes ‚
Bread and spicy sauce, too much for 1 person!

Fui con mucha expectativa al parecer. La comida es buena, pero los precios los encontré caros, si los comparas con un Rincón de los Canallas o un Django, que ofrecen lo mismo, con un ambiente chileno y tradicional.
Me comí una Plateada con Puré, estaba buena y era abundante, pero el precio no me termino de convencer. Salió 10.000 CLP con una Fanta individual, sin contar propina.

El Hoyo.
Mi viejo me llevó al año… cuando estaba en el colegio (tengo 31).
Que manera de comeeerrrrrr… Dios …me comía un kilo de pan con pebre cada vez que iba, ahora estoy mas moderado, me como medio, jaja…
A ver, el hoyo es una maravilla, de principio a fin. La comida es extraordinaria, y los precios son piola. La atención, ja, la mejor de Stgo. Que manera de cagarme de la risa con los garzones, son muy pelusas.
Una vez me encontré con Anthony Bourdain, y él, de su propia boca, me dijo que era lo mejor que había probado en Chile, habrá que creerle, no?
Recomiendo probar el costillar, pídanlo deshuesado, con puré y con su vaso de caña de vino, jajaja!!!, la wea wena!!!, si la idea es ahorrar, el arrollado con papas cocidas también es la raja. El pernil, le ponen mostaza, mmm, me lo comería de desayuno.
Vayan, en serio, a veces está medio lleno, pero como a mi me conocen me tienen mesa al toque, jaja…
Se tienen que atender con mi amigo Enrique Marambio, puta el wn simpático, aunque todos son wena onda.

My friends and I really wanted to try a terremoto, the unofficial national drink of Chile (pineapple ice cream + wine). On our wine tour, we mentioned a restaurant we were looking at (La Piojera), and our guide told us not to go there because people in the area preyed on tourists. She asked our driver where he would go, and he suggested El Hoyo.
It was a GREAT recommendation, and it was 100% authentic! The area seems scary at first because it is very remote at night, but the inside is very cheerful and friendly.
The terremoto was strong and sweet, and the service was amazing. Our server didn’t speak a word of English, but he was so accommodating by pointing/​acting out things on our menu. He even walked up to other tables and pointed at people’s dishes while they were eating! We all had a great time here, and he even helped us take a lot of funny photos.
As for the food, I got the pollo asado. My friends got pork. Both meats were deliciously juicy and tender. They fell right off the bone! I would suggest a side that is not french fries because they were a bit plain. But you can’t go wrong with any of the meat here.
I highly recommend this place because 1) it was recommended by a local, 2) the service was great, and 3) food + drinks were very good!

El hoyo es otro clásico como la ya famosa Piojera.
En el Hoyo puedes encontrar algo más de variedad en sus platos como guatita, riñones al jerez, etc.
Y también los clásicos sándwiches y ensaladas.
Todo esto en un ambiente muy sencillo que no llega a ser tanto como la Piojera pero un estilo, por eso que es su mayor competidor con los famosos terremotos.
Si te gusta la chicha y el chanco a buen precio este es tu lugar!

Unos amigos, en busca de una picá típica en Santiago, me invitaron al Hoyo. Una excelente oportunidad ya que yo tampoco lo conocía. Siempre lo había escuchado y me imaginaba un lugar bien“guachuchero” con hombres de edad, borrachos, «jugosos» y con los labios morados (producto del consumo de vino), pero mi perspectiva estaba bien alejada de la realidad. Sí, encontré hombres mayores, pero casi todos con corbata y pagando con Visa o Mastercard su consumo.
Como soy vegetariana sólo me dedique a beber mientras mis amigos comían. Ninguno se quejo de los platos, pero tampoco los alabaron.
Pedí un terremoto, y es que no puedes asistir a este lugar y no tomar aunque sea uno. Bien rico les diré. Bastante helado, el pipeño estaba perfecto y la granadina en su punto. ¡Un 7! ($ 2.500)
Luego pedí un borgoña e igualmente estaba muy rico y helado. Las frutillas parecían bastantes frescas y dulces. Posterior a eso bebimos chicha, (a estas alturas ya estábamos abrazados en la mesa diciendo «somos amigos o no somos amigos») debo decir que es una de las más ricas que he probado, dulce y fría, la mezcla perfecta ($ 1.100).
Después de eso les encargo la caña. Pero muy bien merecida.

Todo Santiago conoce «El Hoyo», no importa si jamás «lo han pisado». No haces más que nombrarlo y se arma una pega matemática inconsciente que lo asocia con la historia de nuestra querida capital. Sí, son este tipo de locales los que llevan la batuta en cuanto a nuestro pasado culinario y lo acercan tanto a nosotros como a personas extranjeras interesadas en conocer nuestros sabores.
No gratuitamente fue elegido por la guía Culinary, como una de las mejores picadas del bicentenario. No por nada, Anthony Bourdain quedó en colapso gustativo al momento de enfrentarse a las especialidades de la casa: el arrollado o pernil acompañado de las «grosas» papas, el terremoto.
Hablando del Terremoto, «El Hoyo» compite con la Picá del Huaso Carlos en lo que respecta a tener uno de los mejores a nivel santiaguino. Lamentablemente me quedó con el que ofrecen en el Huaso, es de esos brebajes que sirven para levantar muertos y de hace tres días o más.
Cuando la gente que no lo conoce piensa en «El Hoyo», se hace la idea de un lugar descuidado, con «viejos huachucheros» tapizando el suelo por tomar vino de 500 pesos. Sin embargo esta pre concepción está bastante alejada de la realidad, de hecho es bien bonito. Pienso que, en comparación a otras picadas que se pueden encontrar en Santiago, es más caro y exclusivo, pero definitivamente vale la pena ir a probar sus preparaciones. Nunca he visto salir a un comensal con cara de decepción.