Massardo era el taller que frecuentaba hace algún tiempo. Iba por la cercanía a mi hogar, sabiendo que no era el mejor del mundo, pero después descubrí el valor agregado que le otorga la atención personalizada y lo barato que era. Massardo es un taller a la antigua. Te atienden personas rudas con manchas de aceite y paños en el hombro, hay muchas partes de auto por todos lados y puede estar todo un poco sucio. Realmente a la antigua. Lo que destaco, es la atención personalizada. Como no es un lugar muy grande, las personas de ahí te conocen, te pueden hacer precios especiales y siempre te dirán qué le pasa a tu auto sin intentar reventarte con el precio o repararte cosas que no tienes malas. La confianza es algo completamente necesario a la hora de mandar a reparar tu auto. Lo que puede molestar es que es lento. Bien lento. Se pueden demorar más de dos semanas si es algo complicado. Siempre te lo entregarán en perfectas condiciones, pero hay veces que se pueden demorar mucho. El resto, todo ok. Incluyendo el precio.