Hostal Portobello

Mi estadía en esta preciosa casona, transformada en su interior para ser un «Bed&Breafast Boutique», fue debido a un afortunado acontecimiento: Me gané un fin de semana aquí.
Es atendida por un matrimonio que te dan llaves para que llegues a la hora que quieras y tienes que entrar por una puerta lateral que tiene su maña para abrir. Me dieron la mejor habitación en el segundo piso, la «Pieza Burdeo», con cama de 2 plazas y preciosa vista al mar, pero sin tele, sólo pensada para el total relajo.
Los desayunos son en la cocina que aún mantiene lo grandioso de antaño, pero con decoración moderna. Con marraqueta… Perdón! Pan batido (así se le llama en Valpo), como corresponde para encantar a los turistas.
Para llegar al hostal, puedes subir el Cerro Artillería en colectivo (es lo que te deja más cerca), micro o por el precioso ascensor del mismo nombre (la forma más bonita, pero te deja un poco más lejos).
Definitivamente, fue una experiencia grandiosa todo ese fin de semana y me encantaría volver, aunque la habitación en que estuve es la más cara del hostal… Así que fui realmente muy afortunada.