Hay tanto que contar de la experiencia en este hotel que no se por donde empezar… Este hotel está estupendamente situado, justo al lado del Castillo de Nantes y de la zona céntrica, pero en una calle tranquila. El hotel es pequeño, y los que trabajan allí(un hombre y una mujer) son estupendos y muy amables, y nos informaron muy bien sobre qué visitar en la ciudad. Y hasta aquí la parte positiva, en cuanto a todo lo demás, empezaremos por el aparcamiento, que es para verlo, aparcaban los coches en un hueco enano donde guardan las toallas del hotel, haciendo un auténtico tetris de coches, deben caber 4 o 5 a lo sumo. Además, aunque pusimos un comentario en la web donde reservamos el hotel nos dijeron que eso no garantizaba tener plaza, pero tampoco contactaron con nosotros ni nos avisaron de ninguna manera de este hecho. Después que en sus chapas de personal pone que hablan español e inglés además de francés, pero no es cierto. Para nosotros no fue un problema porque hablamos francés, pero lleva a engaño. y llegamos a la habitación, que es muy reducida(y eso que supuestamente era habitación superior), con un desagradable olor entre a humedad y a pies, realmente desagradable. No tenía armario, sólo una barra para colgar algunas prendas, y el baño no estaba mal. Dan desayunos, pero no lo cogimos así que no podemos opinar, y también disponen de wifi que va bastante bien.