Grand Colbert

Increíble. Cuando estábamos a punto de pedir la carta de los postres, un rata (¡UNA RATA!) pasó delante de nuestras narices y se metió debajo de una de las bancadas la que estaba sentada mi chica. Ella pegó un grito que se debió escuchar hasta en la calle y para nuestro asombro NADIE, ni el dueño, ni el metre, ni ningún camarero vino a preguntarnos si estábamos bien o si necesitábamos algo. Mi chica con las piernas subidas a la bancada, yo apartando la mesa y nadie venia. Finalmente aparece un tipo que nos dice que eso es normal. Le decimos que llame al encargado y nos dice que no era una rata, que era un ratón (?). Esto ya colmó el vaso y nos largamos corriendo de ahí, sin pagar, por supuesto.
La comida por otro lado, normal y mas para esos precios.
Por cierto, al lado nuestro un par de tipo y dos prostitutas, para rematar la noche.
No volvería a ir ahí jamás. El trato ante la situación (no que hubiese una rata, si no que una mujer grite, se quede con cara de aterrorizada y nadie se preocupe por ella) fue deleznable.
Un cero es lo que se merece por impresentables.

This restaurant has incredible food! They start you off with the typical olives and fresh bread. We then ordered the frog legs appetizer. Those were the nicest frog legs I’ve ever tasted. I’d say they were like the tenderest chicken wing ever!
We ordered two dinner entrees. Mark ordered the braised beef. It was accompanied by buttery mashed potatoes. The beef literally melted in your mouth! I ordered the duck confit. It was perfectly prepared, accompanied by potatoes and a side salad.
The dessert was a amarena cherry sundae variations. I would say it was super sweet and I love sweets.
Make a reservation as this place is super busy!