Granizados de mil sabores, helados artesanales de un millón de gustos diferentes, pastelitos, dulces, chocolate blanco, con leche, con almendras… Es como estar en el cuento de Hansel y Gretel, y la dueña es encantadora. Me habían dicho, y con razón, que era una de las mejores pastelerías/heladerías de Lecce. Y desde luego es para chuparse los dedos! O como dirían aquí: da leccarsi i baffi!(literalmente: lamerse el bigote!!)