Foría 46

Por lo visto es una de las últimas novedades en Nápoles. Cambiaría algunas cosas, y otras las dejaría como están. Básicamente diría que alguna de la comida no alcanza todo el estándar que estás buscando. Si bien no está mala, hay algunas cosas mejorables. Yo por recomendación de un camarero pedí un hot dog con ingredientes clásicos napolitanos (con friarelli, los grelos españoles); y aunque estaba rico, el resultado era un poco pastoso y aburrido (costaba acabárselo).
Sin embargo, hay algunas cosas que me gustaron muchísimo, y que han contribuido a hacer que este restaurante se lleve cuatro estrellas en lugar de tres. La primera, precios contenidísimos. Mi plato costaba del orden de siete pavos, y era abundante. Segunda, el ambiente, el sitio está decorado con muchísimo gusto y mucho arte. Tercera, tiene wifi, y eso siempre es un plus. Cuarta, tienen muchas cervezas, saben recomendar, algunas de ellas son artesanales, ¡bravo! Y lo último pero no menos importante, tienen unos camareros políglotas, capaces de hablarte en varios idiomas diferentes (inglés, español, italiano y portugués, que nosotros comprobásemos) y encima son simpáticos y un poco canallas, en el sentido napolitano, que es muy parecido al gaditano (divertidos y un poco macarras, pero en el buen sentido de la palabra). Estoy seguro de que con un poco de rodaje, va a ser un sitio grande.

La apuesta, para ser en Nápoles es moderna y arriesgada y ya iba siendo hora que aparecieran este tipo de locales al más puro estilo Berlinés. Como han tardado, en este caso, además combinan la otra gran cosa de moda «hamburguesas gourmet» hechas con productos de la zona y la nueva ola de «cervezas artesanas». Así que bueno, buen sitio, nada caro con una carta muy maja. Recomiendo el bocadillo-​hamburguesa de carne con grelos que me alucinó junto a la tabla de quesos.
Muy pero que muy majos los camareros que hablan al menos 4 idiomas y saben de lo que hablan, lo que sirven y cómo lo sirven. Me lo podría comer todo, pero me puse algún freno. Las cervezas buenas, pero claro, llevábamos a un experto catador entre nosotros y eso se notó una barbaridad.
Ah, wifi gratis, madera, decoración a caballo entre berlín-​rastro-​campiña-​diseñocool.

De primeras, un lugar cuyo «apellido» es Burger&Beer suena bastante atractivo. Si a eso le sumas que las burgers están bastante buenas y que las beers son artesanas italianas, pues resulta que la mezcla es de lo más interesante. Si a eso le sumas que además tienen una tabla de quesos que están tremendos, pues mejor que mejor. Pero si es que además tienen WiFi gratis, el local es grande teniendo en cuenta el salón inferior, está decorado con mucho gusto y con un estilo «reciclaje» de materiales muy peculiar, si además los camareros que te atienden son simpáticos, agradables y amables y, para colmo, dice –porque yo no pagué– que no estaba mal de precio… pues mira, va a ser que es un sitio cojonudo.
Bien es cierto que la hamburguesa no es la mejor del mundo, que la cerveza aunque artesana tenía tufillo industrial y que, quizá, la música estilo Los 40 Siempreiguales no pega mucho, pues igual la quinta estrella te la planteas, pero desde luego, en cualquier caso, me parece que es un local lo suficientemente atractivo como para recomendarlo en caso de visitar Nápoles. No es lo típico de pasta o pizza, ma che cazzo, una hamburguesota apetece siempre, da igual el país en el que estemos ^_^

Pues este sitio te lo venden bien… lugar de hamburguesas y cervezas, pero como comentabamos anoche, tampoco muchas cervezas y hamburguesas correctas pero nada que te vuelva loca…
Llegamos a cenar y el local, aunque parece estrecho al principio, al fondo se adivina una estrecha escalera que desciende al nivel inferior donde se abre una sala más amplia decorada al estilo casa de campo moderna en la que lo que mola es recuperar antiguos aperos o herramientas para darles un nuevo uso (nuestra mesa estaba construida a partir de un carretillo para transportar verduras… ahí queda eso chatos).
El camarero, un dicharachero y políglota napolitano, nos atendió muy bien.
Ordenamos una tabla de quesos que acabó convirtiéndose en tres porque estaban fantásticos, siendo el picante el que más éxito tuvo.
Después pedimos las hamburguesas co una cerveza que maridase la carne y los sacramentos que le acompañaban. Me pedí una hamburguesa con queso y bacon crujiente. La carne estaba bien, aunque no nos preguntaron por el punto y a mi gusto estaba muy hecha (aun no entiendo porque se empeñan los restaurantes en matar la carne que ya viene muerta del matadero) y el bacon, pues crujiente, lo que se dice crujiente… pues como que no… estaba más bien tirando a flacidete… Pero de sabor, el conjunto estaba muy rica (nada con queso puede estar malo).
Y la cerveza, pues estaba buena. Una cerveza artesana italiana rubia, con muy buena espuma y muy aromática.
Si te dejas caer por Nápoles, es un buen lugar para comer o cenar si te apetece una hamburguesa.