MGallery Palazzo Caracciolo

Estuve en este hotel en una reunión de trabajo. La verdad es que el edificio es impresionante, se trata de un antiguo palacio y es magnífico. Mi habitación era muy amplia, tenía una cama king size, un sofá, una mesa en el centro con dos sillas y un escritorio. En el mueble bar, había una botella de agua de cortesía, que reponían además cada día si te la bebías (punto a favor). Los productos del baño también muy bien, todos de aroma de té. ¡Magnífico!
En el caso de mi habitación, situada en la tercera planta y con vistas a la calle, tengo que reconocer que, lo primero, estaba genial insonorizada (la calle era bastante ruidosa). Lo segundo, mi wifi funcionaba bien, tirando a bastante bien. Podría haber sido un poco más rápida, pero bueno. En la sala de reuniones, que era amplia y con muy buena acústica, la wifi era más inestable, pero en general más o menos bien. Por último, el desayuno era estupendo, aunque eché de menos que informasen de los cafés que se podían pedir «fuera de carta». Eché de menos, y mucho, un gimnasio. Un hotel como este, ¡debería contar con un gimnasio!

Mi habitación, cuyo número no recuerdo, era doble –dos pisos– y exterior, lo que hacía que en fin, sí, era un poco ruidosa especialmente el domingo por la noche en la que el Nápoles había jugado nosequé y había ganado nosecuanto y estaba toda la gente gritando por ahí. Pero bueno, lo que lo salva todo es el personal del propio hotel que, como todo los napolitanos que he conocido (menos el taxista que me cobró 50 euros por el viaje del aeropuerto al hotel mi primera vez en Nápoles). Bueno, que el personal del hotel se portaron muy bien atendiendo todas nuestra peticiones y las diferentes necesidades que íbamos teniendo según pasaban los días.
Es cierto que había cosas muy mejorables como el hecho de que ambos patios estuviesen en obras y aunque no empezaban hasta las 10 de la mañana, una vez que empezaban, era MUY molestos si pasabas cerca. He de señalar que en nuestra habitación de reuniones, siempre SUPERBIEN equipada, super limpia y con detallitos continuos, no se oía el ruido para nada.
Los pasillos, sí, son largos y quizá un poco laberínticos pero eso le daba un pinto de misterio que me hacía gracia. El suelo de mi habitación era de terrazo y eso también me extrañó, como también me extrañó la calidad de los ammenities. Las camas son buenas y en esto es donde soy lo más exigente que puedo ser. Un hotel de notable.

Estuve en Nápoles por motivos laborales y me hospedé en este hotel del centro.
La verdad es que todo el grupo que íbamos estuvimos muy a gusto, tanto por el servicio (salvo en una ocasión) como por las instalaciones. La única cosa de la que me podría quejar fue del primer día que bajamos al bar (el restaurante ya estaba cerrado), que pedimos unos sandwiches y unos bocadillos y tardaron casi 45 minutos en prepararlos… y además, baratos no fueron. Por el resto de la estancia y la experiencia, ninguna queja, sino todo lo contrario.
Teníamos las reuniones de trabajo en el mismo hotel en unas salas habilitadas para ello con pizarra, proyector… en las que se estaba realmente bien y con una gran ventana por si necesitábamos airear la sala de vez en cuando. Al día siguiente todo estaba bien limpio y ordenado para volver a empezar las sesiones con ganas.
Las habitaciones muy amplias y completas, con armarios, mesas, escritorios, una cama cómoda y un lavabo muy correcto. Mi única pega sería que no funcionaba muy bien la conexión Wifi.

El Caracciolo (pronúncialo en voz alta y morirás de risa un buen rato), está ubicado en un edificio imponente en pleno centro de Nápoles. Hemos estado 3 noches en este hotel en unas jornadas de trabajo y la mar de a gusto. Cierto es que no puedo hablar de precios, ya que lo costeaba la empresa, pero la estancia ha sido fabulosa. La atención es muy amable y profesional, mi habitación confortable e impoluta (con vistas al patio interior del hotel), y además hemos hecho uso de una sala de reuniones durante estos días y hemos trabajado fenomenal. Y mucho, sí.
Nápoles es una ciudad encantadora, a la par que caótica, en la que comer puede ser algo infinito, y el bufé de este hotel fue el comienzo de una larga historia de gula y sonrisas de placer que duró 3 días. ¡Sólo faltaba que hicieran pizzas a leña en la entrada! Bollería italiana casera (no te pierdas los donuts napolitanos), toda clase de panes y mermeladas, frutas frescas y en macedonia, cereales de 7 clases, leches con y sin nata, yogures, fiambres y hasta un enorme queso parmesano que te saludaba desde la nevera cada desayuno. El café latte machiatto (café con leche con más leche que café) era una delicia, de la marca Kimbo, una de las que más vi en los cafés de la ciudad, aunque no la mejor.
Las vistas desde mi habitación eran al patio interior (ver foto), el cual era muy luminoso pero tampoco nada especial. Cada día reponían todos los botecitos y una señora muy sonriente me traía por la tarde dos caramelos y un papelito con el tiempo anotado (temperaturas máxima y mínima), muy bonica ella. Esos detalles marcan la diferencia.
Una cosita a mejorar es la conexión al wifi. En la habitación no funcionaba demasiado bien y tenías que entrar en la página de registro del hotel si dejabas de usarlo un rato. Un verdadero engorro cuando eres Unilocaler o tratas de trabajar conectado a Internet. Sin embargo, y curiosamente, el hotel era el lugar donde mejor funcionaba de todos los lugares (bares y restaurantes) que visitamos en la ciudad. O no tenían o no iba.
Por lo demás genial, un trato más que amable, unas instalaciones completas en un edificio precioso y un desayuno, «mamma mia» el desayuno! Espero volver a Nápoles porque tengo tantas cosas pendientes que ver que me da la sensación de que todo ha sido un bonito sueño.

He trabajado en varios hoteles, me he alojado como cliente en casi cien alrededor del mundo y, bueno, pues mi experiencia aquí tampoco ha sido nada especial, de ahí que le ponga tres estrellas a mi experiencia, pues ha sido eso, normal, ok.
Al parecer el hotel es de categoría, pero está ubicado en una zona «conflictiva» de Nápoles, lo que hace que tengan que tener contratada seguridad privada 24h para prevenir «incidentes». En mis días allí no he visto ni el más mínimo indicio de movidas, pero si están allí estos seguratas será por algo.
El cuanto al hotel como tal, es bastante bonito aunque a nosotros nos pilló con varias zonas de obras y reformas. Fuimos por motivos de trabajo y a veces se colaban ruidos de taladros, martillos percutores o martillazos en la sala de reuniones en la que estábamos, pero tampoco era ninguna locura. Las salas de reuniones son amplias, agradables y con todo tipo de facilidades.
En cuanto a la habitación, la mía era la 315 y estaba muy bien. Amplia, acogedora, bonita y luminosa. Tenía un ruido bastante desagradable en el sistema de ventilación que me despertó un par de veces por la noche, pero bueno. Lo verdaderamente triste es el WiFi, que va bastante a pedales y hay que hacer malabares para conseguir conectar varios dispositivos. Ni en recepción supieron ayudarme. Yo al final por cabezonería lo consegu. Consejo: pestaña de incógnito en lugar de la «normal» de vuestro navegador.
El personal del hotel amable, pero lento. El restaurante no da de comer más allá de las 14h y si te pides un sándwich tardan del orden de 45 mins en servirlo. Para una prisa no es.

Mi primera vez en Italia y me toca visita a Nápoles por motivos laborales… La verdad es que la estancia en este hotel ha sido una maravilla.
Mi habitación (la 319) estaba situada en uno de los largos pasillos laterales y al entrar disponía de un baño amplio (con bidé… algo cada vez más extraño y escaso) con una bañera con ducha genial, muy buena iluminación y gran espejo, lo que se agradece a la hora de pintarte el ojo y una suerte de amenities bastante completos.
La habitación disponía de una zona de almacenamiento con maletero y un armario amplio con perchas de verdad (¡¡¡gracias!!!), con su cajonera y caja fuerte.
La estancia principal estaba dividida en dos zonas. La primera, la zona de estar con un sofá cómodo de dos plazas, el mueblebar y una silla junto a un gran ventanal que daba al luminoso patio central. La segunda era la zona de descanso con una cama doble súper cómoda, un escritorio de trabajo junto a una buena televisión con múltiples canales internacionales que se sintonizaban muy bien.
Esto en cuanto a la habitación. Respecto al buffet de desayuno, muy completo. Todo tipo de bebidas frías y calientes, embutidos, huevos, salchichas, quesos, dulces, lácteos, frutas… y todo con una pinta espectacular. Todo lo que probé, me pareció delicioso… pero vamos… ya sabéis la boca que tengo…
También puedo hablaros de su centro empresarial ya que las reuniones las llevamos a cabo en él. Amplio, limpio, muy bien iluminado con buenos recursos técnicos y con todas las atenciones necesarias.
La decoración del hotel me gustó mucho aunque no tanto la de los pasillos, que daban un poco de miedico, con moqueta oscura, algo estrechos y muy largos (menos mal, que estaban muy bien iluminados que si no ya, me iba por la patilla abajo).
El personal muy atento, simpático y educado sin resultar estirados, como a veces ocurre en este tipo de hoteles.
Un buen hotel para volver a Nápoles.

Palazzo Caracciolo is just 5 minutes from the Napoli Station. It is situated in a rough street but the hotel itself is very beautiful and safe. The hotel has a nice courtyard where you can sit and enjoy yourself. I stayed here earlier this month for 2 nights and had a fantastic time. I even dined at the hotel restaurant which was very reasonable in price and tasted good too. I would definitely come back and stay at this hotel again.

Für ein Kettenhotel über dem Durchschnitt. Ja, am frühen Abend schaut die Gegend Richtung Garibaldiplatz finster aus– aber das legt sich unserer Wahrnehmung nach. Für die Altstadt liegt es perfekt. Innen ist es très chique — ein wenig viel Make up vielleicht. Wir hatten ein Familienzimmer = 2 Zimmer mit Verbindung über den Balkon: Witzig.
Frühstück umfangreich: Kaffee greislig. Bitte woanders trinken.
Für den Preis sind vier Sterne mehr als angemessen

J’avais réservé une suite cet hôtel par tablethotels. Première mauvaise surprise lors du check-​in, le réceptionniste insiste pour nous refiler une simple chambre. Il a fallu insister et retrouver le mail de tablet pour obtenir notre suite. gggrrrrr…
A part cet incident, tout le reste était bien :
— la suite, grande, confortable, avec une terrasse, pour un bon rapport qualité prix,
— l’hôtel, grand, organisé autour d’une cour intérieure où l’on retrouve le restaurant. a déplorer: l’absence de spa et de salle de gym.
— le restaurant, plutôt pas mal, dans la cour, au calme, avec des prix corrects et une nourriture correcte elle aussi.
Le seul gros défaut est l’emplacement, un peu excentré et le soir la rue n’est pas bien fréquentée. Autre défaut, mais qui doit être commun à d’autres hôtels de Naples: 25 euros de parking par jour…

Disappointment. Classic case of how a fancy looking hotel on the outside doesn’t guarantee a great stay. The outside façade was beautiful, the room inside was decent, the bathroom shower leaked all over the floor thanks to a total mess of a seal on the swing door. The wifi was a lesson in patience. The connection was through some third party ISP that was always «not working,» which was a huge inconvenience in: a difficult to navigate city, with a hotel in a part of town you wouldn’t enjoy taking wrong turns through. The most frustrating part of the hotel though was the front desk. The front desk staff could have been more helpful. A waitress in the restaurant who saw us wandering through pre-​check-​in, looking for something to drink, offered us a coffee and biscuits for free. Very generous, and appreciated because she went out of her way to help. This was unfortunately not shared by others though, which largely reflects our impression of our stay. A few tips, and examples (since these reviews are hopefully read and reviewed by management):
–Offer to take guests’ bags for them up to their rooms, or if here’re checking in later, leave it in the room for when they return…
–Call to check in that they are okay with their rooms and don’t have any difficulties getting online or keeping their bathroom floors from becoming swimming pools…
–One rather bizarre experience … one of the front desk staff outright stopped what he was for several moments to stare at a female guests’ butt as she walked away — in plain view of the line standing in front of him. There’s (arguably…) a time and place for this sort of thing, and it’s not when you’re on the job serving a line of customers.
–When the internet stops working, offer to compensate something; not having internet access is a major pain for travelers in a new city who rely on it.
The other reality of the hotel is its location, which is dodgy. I don’t know if there’s anything that actually happens in the neighborhood which is unsafe, but you sure feel like you’re intruding on a very exclusive local party when you’re passing through. The neighborhood around the hotel definitely had us feeling a little unsafe at night. And given how every taxi driver we used thought it appropriate to give themselves an honorary «tip… For caffe!» walking around was a fairly essential mode of transportation.
Would not stay here again. The best part of the hotel is the exterior and inner courtyard… Visually beautiful, but not enough to convey hospitality.

Schoenes Hotel in einem alten Palazzo am Rande der Altstadt, fuer Stadterkundungen prima geeignet. Stilvolle Zimmer, bequeme Betten, Service, besonders beim Fruehstueck noch ausbaufaehig.

I had the pleasure of staying here in the summer and it’s beautiful! As you can tell from the name, Palazzo Caracciolo is a converted palace and has a stately and lovely inner courtyard. You can almost see horse-​drawn carriages pulling up.
The hotel has preserved the royal feel of the architecture while giving the inside a completely modern style. There is free internet on a computer on the main floor in a study across the corridor from the lobby, and the main courtyard is next to an indoor modern lounge with a bar for when it’s just too hot to sit outside. The rooms are nice, and I really enjoyed just lounging around all the pretty areas near the courtyard, or looking out my window before bed at the courtyard view.
The morning breakfast was good and served in the beautiful inner courtyard. As always in Italy, coffee is delicious and the baked goods were a sinful way to wake up. The reception staff was very helpful and polite and so so nice anytime I asked them for anything. They gave me a good map and advice for the best way to get to the best pizza in town:)
Location wise, it’s about a 12 – 15 minute walk from the Termini, and with very heavy baggage and tiny, bustling streets full of people and traffic, it can be a little taxing to walk up there in the blistering heat. You could take a taxi if you wanted, but if you have time and a map of the tiny streets, it’s not far at all.
It’s also an easy 10 min walk to some of Napoli’s famous pizzerias, including the one from Eat, Pray, Love, called Da Michele. Beware, it is a crazy walk through tiny streets filled with people intent on walking very slowly while they talk very loudly, and scooters coming out of nowhere from round the corner, or buckets being lowered from high windows to people ambling by. Haha but that’s Napoli and if you brave it you, you will get to eat delicious pizza (or go wherever it is you’re going).
While I stayed, they did host a wedding in the courtyard, and because of the wedding there were some disgruntled guests who couldn’t get a drink at the bar because there was no barman for for than half an hour. An enterprising American tourist went and got her own just as the barman got back haha and told him not to bother himself in a very efficient way as old ladies do.