Llegamos a este lugar porque está pegado al hotel en el que parábamos. Llegamos bastante tarde a Venecia esa noche y estaban cerrando. Pero nos atendieron igual, sólo nos pidieron que ordenáramos pasta que era lo más rápido. Estaba todo muy rico. El mozo muy amable, simpático, nos hablaba en español, nos sacó fotos, la atención fue inmejorable. Incluso al día siguiente lo cruzamos y nos saludó. Además el lugar es muy romántico! Nuestra mesa estaba justo al lado del canal. Muy agradable todo.