Me atrevo a asegurar que este dermatólogo es el mejor que hay en Puebla, siempre que alguien me pregunta por uno los remito con él, pero les hago la misma recomendación: necesitas tener toda una tarde libre y toda la paciencia del mundo para esperar a que te toque tu turno. Llamas por teléfono y reservas la cita, la señorita te va a decir que tu cita es a las siete, pero la cita es con ella, porque llegas y te apuntas en una lista –que casi siempre es enorme– y esperas por lo menos una hora– ESCUCHAMEBIEN, PORLOMENOSUNAHORA — hasta que te toque pasar. Una vez me tocó la cita de las doce de la noche… Pero una vez adentro del consultorio el doctor tiene mucha paciencia, pone mucha atención en lo que le cuentas, te escucha y analiza cuál sería el mejor tratamiento para ti, y después te pasa a su silla de atención para aplicarte el tratamiento que sea necesario. No es un médico barato y tampoco te va a recetar cosas que puedas comprar por cuatro pesos en una farmacia de similares, pero te puedo decir que a mi de adolescente me detuvo mis problemas de acné y que gracias a él todavía me queda cabello en la cabeza.