Este pequeño restaurante de mariscos vende comida mas o menos … tienen los platillos comunes como en cualquier otro restaurante, el lugar es rústico. Cuando fuí me pedí un cocktel de camarón con pulpo(o lo que le llaman campechana), sabía rico, pero no tenía ninguna originalidad. No siempre tiene mucha gente, los fines de semana en las tardes tienen algún grupo musical que toca musica de banda o corridos, así que menos me gusta porque no soporto ese tipo de música. Respeto a la gente que le agrade, pero en lo particular no es mi estilo. Creo que no regresaría porque he conocido mejores lugares y con mejor servicio, porque la mesera que nos atendió, aunque no fue grosera pero tampoco se noto el interés por dan un buen servicio, como que le daba igual si nos quedabamos o no, y esa indiferencia cualquier cliente puede notarlo. No es por ego, pero cuando uno se siente acogido e importante en algún lugar es más seguro que regreses, pues sabes que te aprecian y te dan valor como cliente y como persona.