Es una marca de cupcakes y pasteles locales que trabaja a base de pedidos, aunque de igual forma puedes encontrar producto en las cafeterías de algunas universidades de la ciudad. Al principio no lo crees, después te llevas una cálida sorpresa. La dueña de Purpurina es una mujer jovencita, amable y muy simpática, tiene una pasión por decorar cosas que se transmite. Desde cupcakes con cara de los Beatles, hasta Starwars, Purpurina nos demuestra el interés de querer consentirnos con lo que a nosotros nos gusta y pedimos, y no con un catálogo prediseñado y rígido.