Después de echar fútbol con los amigos en Celaya, y de salir de León, un poco apresurados y sin comer decidimos que ya era hora de comer, si es que queríamos sobrevivir la noche. Nos paramos en la Farmacia Guadalajara de enfrente y vimos los tacos, como señal del destino, y fuimos a parar ahí. Una vez que llegamos el olor nos abrió todavía más el apetito y nos sentamos para empezar a pedir. El servicio fue muy rápido y todo muy bueno. Recuerdo que yo pedí unos tacos de lengua y una papa con carne, creo que fue pastor, la papa estaba cocida a su punto y las salsas estaban buenísimas. También aprovechamos para llevarle tacos a otros amigos que no se habían venido con nosotros. Recuerdo también que las ordenes venían muy bastas, y salí bien satisfecho, también era de los pocos lugares abiertos a la hora, era como medianoche más que menos.