Como en todos lados, Doña Vicky los hace de salsa roja, verde, mole, dulce y jarochos. Pero su especialidad es única: ¡tamales de chocolate rellenos de mermelada! Son suculentos, suaves y cremosos; chiquitos y flaquitos también. Es mejor hacerle el pedido con anticipación, porque no siempre los hace. Cuando tiene, a mi niño siempre le guarda uno(parece que le cae bien). ¿Qué está llorando? –le pregunté en la mañana. No, tengo cansados los ojos porque no he dormido bien. — me contestó. Pues como no, si Doña Vicky tiene cuatro trabajos: limpia casas, hace tamales y los vende por las mañanas, hace tostadas y chalupas y las vende por las noches y es ama de casa. Encima, ¡nunca le falta la parentela del barrio que le llega a sentarse a ver que cosa tiene para taquear! Solo siendo devota del Sagrado corazón de Jesús(como es ella), este trote de vida se aguanta… me cai.