Este Vivero es de los más hermosos, lástima que uno nunca se pueda poner de acuerdo con el mero mero jardinero: te dice que te llama y no te llama, te dice que va y te deja plantada, te dice de plano que no le conviene, que tiene mucho trabajo, y bueno, eso lo puedo creer. Lo que se me hace raro, es que un Vivero de esta envergadura no tenga una escalera para cortar la enredadera de una barda. Ni hablar, a buscar en otro lugar.