Estadio Olímpico Universitario

Ya han hecho muchas reseñas, históricas, deportivas y de eventos distintos. Pero les aseguro que nadie nunca podrá describirles el cantar el Himno deportivo o gritar un Goya que haga retumbar el estadio, nada ni nadie podrá describir la magia de ese lugar.
Amo profundamente este lugar y cada vez que entro en el mi espíritu aumenta.

Las anteriores reseñas realmente le hacen justicia a este estadio olímpico que tanto nos duele al pronunciar su nombre, México 68.
Al menos en la vida hay que ir una vez a un partido de los pumas, si es que te gusta acumular experiencias.
No falta el asistente que organiza el Goya y hace los chistes. La gente responde con chistes y entre todos gritamos al arbitro como si nos estuviera oyendo.
Que Don Goyo nos voltee a ver para armar la porra sin duda es una experiencia sublime.
Como buen espacio de concentración no puedes entrar con cinturones, libros, bufandas, botellas, palos, papel, etc etc.
Yo he asistido a múltiples eventos y siempre la experiencia es distinta.
Nota, no olvides el gorro y mucho mucho dinero si es que eres de los que compra de todo adentro.

Si vienes a ver a Pumas y no tienes entradas, busca siempre una taquilla; a menos que sea un juego de liguilla o un clásico, seguro encuentras boletos. Evita a los revendedores.

Glorioso Estadio Olímpico Universitario México ’68. Casa de los PUMAS, quienes cada quince días nos hacen suspirar de amor.

Casa de los Pumas y lugar de inauguración y competencias de los Juegos Olímpicos del 68, El estadio Universitario en Ciudad Universitaria sin lugar a dudas es uno de los estadios más bonitos del mundo, es muy sencillo pero muy acogedor, su equipo es uno de los más seguidos y sus fanáticos de los más leales. No importa si no le vas a los Pumas, si te gusta el futbol tienes que ir a el Estadio de Ciudad Universitaria, es todo una aventura, desde que decides, ir, comprar tu entrada, ver que compraras para comer o souvenir, pasar por la seguridad y encontrar tu asiento, es toda una pericia digna de vivir, así es el fútbol en la ciudad de México, loco, vibrante, lleno de historias y de mucha más magia, es el templo del deportismo universitario y citadino, ejemplo de que hay que combinar el deporte y la educación.

Dicen que durante el movimiento del 68 los túneles de este estadio estaban llenos de cadáveres que posteriormente se llevarían a otros lados para desaparecerlos. Esos cadáveres eran los de la matanza de Tlatelolco. Lo escuché en la radio cuando era muy pequeño. Eso me impresionó. Recuerdo que una vez pasamos por Insurgentes y recordé la anécdota. El estadio me daba miedo. No sé. Uno de pequeño tiene una imaginación tan desbocada y suponía que aún había cadáveres. Por supuesto, ahora ya sé que no los hay, pero sí hay una memoria que niega a morir en el olvido.
Ahora. Tiempo más tarde, este estadio me evoca muchas cosas: Mundiales, olimpiadas, finales de futbol, películas. Eso sí. Últimamente los partidos América vs Pumas ponen muy nerviosos a la policía. Si durante esos partidos pueden evitar pasar por ahí se ahorrarán dolores de cabeza, porque si no es eso, es el tráfico a esa hora.
Pero aún así, «cómo no te voy a querer».

Inaugurado el 20 de noviembre de 1952 el Estadio Olímpico Universitario cuenta con múltiples eventos deportivos en su currículum, como los Juegos Olímpicos de 1968, los Panamericanos de 1975, el Campeonato de la FIFA de 1986, Juegos Centroamericanos y del Caribe 1990, duelos de la ONEFA y de la Primera División Mexicana. El también conocido como «Sombrero de Charro» es casa de los Pumas de la Universidad en la Liga MX y de Pumas CU en la ONEFA.
Tras 62 años de vida, el inmueble para 68,954 espectadores ubicado en el corazón de la Ciudad Universitaria sigue vigente como referente tanto de la UNAM como de la capital. Cada quince días recibe en sus tribunas de cemento y piedra volcánica a los hinchas auriazules para vivir historias de triunfos y derrotas sobre un empastado envidiable rodeado por su pista de tartán vigilada por una pantalla de plasma gigante en la cabecera norte y sus torres de iluminación con focos de LED.
¿Cómo llegar? A pie del Metrobús Doctor Galvez o Ciudad Universitaria o en auto para el convivio previo al partido en el estacionamiento que rodea al coloso del Pedregal. Se recomienda ir bien hidratado debido al intenso calor, así mismo, no se permite el ingreso con cinturones, bufandas, banderas grandes, botellas, periódicos o papel picado.

Es mi estadio favorito por una obvia razón: estudié en la UNAM. También me agrada el ambiente familiar y efusivo en las gradas cuando hay un partido de futbol. Cuando cubrí la fuente deportiva para un diario local, ir a CU significaba un domingo de trabajo intenso pero divertido. Con los años descubrí varias rutas para salir y llegar al estadio, una era por Insurgentes vía Metrobús, caminando 20 minutos desde Dr. Galvez o tomando un micro desde Copilco, el servicio exprés donde estaba parte de la Rebel y familias completas que iban al estadio. Cuando hubo juegos de liguilla entre semana o sábado, el circuito de transporte universitario fue la opción, aunque cuando vas con fotógrafos y camarógrafos lo mejor era tomar un taxi en el sitio a un lado del paradero universitario. Los domingos no hay transporte universitario y en caso de que Pumas juegue contra América o Cruz Azul, no lleves coche, no consigas espacio en algún micro o no encuentres taxi, tendrás que caminar por CU y serán 30 minutos dignos de pasear por la UNAM.

¡Goya! ¡Goya! ¡Goya! son los gritos que se escuchan en el estadio de C.U. (Ciudad Universitaria) y claro que me llena de emoción porque ahí es la casa del equipo de los Pumas.
El segundo estadio más grande del país y en cuanto a su arquitectura para mí el más bello, construido en los años cincuenta y donde se han celebrado infinidad de eventos deportivos; Juegos Centroamericanos, Panamericanos, Juegos Olímpicos y mundiales de Fútbol.
La idea original era la de darle la forma del cráter de un volcán pero es más asociado con un sombrero de Charro, tiene un mural de Diego Rivera el cual dejó inconcluso ya que la intención era cubrirlo todo, pero ya no fue posible por la muerte del artista.
Es increíble ir a ver jugar a los Pumas, ya que la porra de ese equipo es de las más agerridas y ruidosas, no se callan en los 90 minutos de los partidos o más y es toda una experiencia ver a los aficionados.
Aunque tengas mal gusto en el fut y no le vayas a los pumas bien vale la pena que lo visites, ya que insisto, para mí es el más bonito del país.

Aún recuerdo la primera vez que pisé este lugar, tenía 10 años y pude estar en las primeras gradas mientras Cóndores jugaba un partido de fútbol americano. La verdad es que yo no entendía nada pero el ambiente era de lo más emocionante. Tiempo después pude regresar a ver algunos partidos de Pumas. Este recinto se inauguró en 1952, fue el primero estado olímpico en México, y obviamente fue testigo de los Juegos Olímpicos México 1968.
Hace unos meses fue testigo de un movimiento urbano llamado «Pole Urbano», donde estudiantes de Pole Fitness hicieron gala de sus mejores movimientos en las astas que rodean la explanada de este estadio, fue una experiencia muy divertida.
Sin duda es una de las construcciones más importantes del país, y no sólo por su estructura y los encuentros que han tenido lugar aquí, sino por su arte, ya que en una de sus entradas el estadio cuenta con un mural de Diego Rivera llamado «La Universidad, la Familia Mexicana, la Paz y la Juventud Deportista».

El símbolo chilango del deporte por excelencia, el que tiene más fuerza, más deportes concentrados en un mismo lugar, mejor imagen, y una afición tolerante, es sin duda el Estadio Olímpico Universitario, el cual está dentro del circuito de Ciudad Universitaria. Además de ser un símbolo identitario de los universitarios, el recinto congrega a masas no estudiantiles, ciudadanos de todo el país que logran fundirse en un solo público homogéneo que asiste en gran parte a los partidos de los Pumas.
El estadio también posee una pista de atletismo y no tiene domo, volviéndolo más amigable con el medio ambiente, ya que no necesita de una gran iluminación para relucir con esplendor. Cabe destacar que el recinto recibió a las olimpiadas de 1968 y acoge anualmente decenas de eventos amateurs, entre ellos las temporadas de fútbol americano. Sin embargo, el mayor orgullo del lugar son los Pumas de la Universidad, los que infortunadamente llevan casi un año sin darle alegría a su público en su propia casa.
Afortunadamente el soccer no es el único pretexto para presenciar el resplandor del sitio, pues en el exterior, en cualquier facultad de CU siempre hay eventos abiertos al público que te harán pasar cerca o tenerlo de frente. O bien, podrías rodearlo con una buena pedaleada un domingo por la mañana. Tú eliges.