Saliendo de Coyoacán nunca había visto otro lugar donde ofrecieran tanta variedad de churros o más bien, donde hubiera tantas opciones de locales y puestos para comprarlos. De serles sincera, a mí ninguno de Coyoacán me gusta porque siento que los hacen con harina y rellenos demasiado artificiales y que todos saben igual. Pues resulta que totalmente al otro lado del charco, en Izcalli, existe Churrolandia el edén de los churros rellenos de sabores exóticos. Para que se den una idea hay de maracuyá, naranja, higo, guanábana, ciruela, tejocote, limón, chamoy, con rompope, chocolate blanco, cubiertos de lechera, con helado ¡para todo hay chance! Probé el de higo porque mi amiga lo adora y aunque no suene, hacen aún gran combinación. Yo me vi más conservadora y pedí de vainilla ¡ufa! Dulce pero empalagoso y si más bien tienen antojo de salado, hay chapatas, baguetes, cuernos con jamón y molletes. ¡Pulgar arriba!