Este fin de semana nos reunimos varios amigos para despedir a uno de mis mejores amigos, que se fue para el DF, aunque fue un motivo triste para reunirnos lo disfrutamos mucho. Después de cenar en casa de una amiga, nos fuimos a tomar un cafecito y pasar un rato agradable juntos. Entramos a Le Petite Latte, y desde que entramos me encantó, es un lugar con decoración vintage muy lindo y además cuidaron todos los detalles de este lugar, me pareció muy lindo el lugar, no tienen televisión y nos perdimos la pelea de Pacquiao, pero había revistas y buena música de fondo. Varios amigos pedimos un latte de vainilla, pero uno de ellos quería probar algo nuevo y pidió un té blanco, supuestamente es de champagne, pero no sabía a nada y tenía un olor demasiado perfumado para mi gusto. En fin estuvimos ahí un buen rato y lo único que puedo decir es, ya quiero volver, porque el café está delicioso, y la experiencia y atención fue de lo mejor.
Lesli A.
Rating des Ortes: 5 Tijuana, México
Me declaro amante de lo vintage, pero no es del tipo moda pasajera. Desde niña me gustaban las cosas que eran o parecían antiguas, al grado que fui coleccionando objetos de este tipo, entre los que más quiero, un tocadiscos y mi colección de LP. Por lo cual al visitar este lugar me sentí realmente feliz, el ambiente es pintoresco, lleno de decorados extravagantes, encajes, flores, sillas, tapizadas, etc. Como si viajaras en el tiempo a una época antigua. Me sentí muy cómoda y a gusto, como en casa. Sin duda lo mejor(para una adicta al azúcar como yo) son los postres, quizá porque el ambiente lo propicia, pero lo primero que se me antojo fue probar: un pastel de chocolate oscuro, con su deliciosa consistencia esponjosa y suave y la cubierta de nuez. Y para acompañarlo un capuccino normal, pues con el pastel tenía suficiente dulce. Me encanto que ofrecen opciones de leche, pues suele ser un problema para muchas personas. En tu visita, te recomiendo preguntar por sus brownies bites y su frappé oreo, te encantaran. Sin duda un gran favorito.
Ana Patricia V.
Rating des Ortes: 5 Tijuana, México
Me encantó este lugarcito. Un especie de cafecito cultural, que tiene en su diseño una mezcla del México antiguo y de Europa. Un lugar con un concepto muy claro por parte de su dueña y perfectamente visualizado por nosotros los clientes: que sientas como que estas comiendo o tomando el té o el café en la casa de la abuela. El lugar es extremadamente acogedor, romántico me parece. Ideal para ir a charlar con las amigas, o la pareja. Ha entrado en el gusto de los jóvenes por ciertas tendencias como lo retro, vintage y hipster, pero también mujeres en su tercera edad van a recordar su vida de antaño, a recrearla, y por eso les gusta. Todos los postres me parecieron que se veían deliciosos tras la vitrina. La repostería se observa fina. La mayoría es hecha en casa. También hay proveedores como la Sra. Emilia, mujer argentina que vende a este lugarcito un pan receta de su país que me tocó probar: ¡delicioso! Se llama alfajores, y es hecho de maicena(cajeta o coco) en el horno de su casa. El servicio es extremadamente cálido y personal. Los ingredientes son de calidad, se siente en la textura de las bebidas y su sabor. Hay mochas, capuccino´s, de latte, en las rocas, con leche de soya, light, leche deslactosada, pero también tienen una oferta de de tés, tisanas(bebida compuesta de mezclas frutales, y libre de caféína), y sodas italianas también. Hay crepas dulces y saladas, ensaladas, sándwiches etc. Mencionaba al principio que es cultural porque todos los miércoles a las 8 puedes además, disfrutar de talento local, con propuestas diversas como jazz, rock y pop. También, en el segundo piso del cafecito que está acondicionado como la sala de tu casa pero con candeleros en vez de un foco cualquiera, se proyectan películas y nos van avisando(a quienes gustamos de este lugar) mediante su página de facebook si toca a cine francés o español. Sin duda este lugarcito está genial para pasar un rato ameno, de lujo, en un ambiente que recrea el que tuvieron nuestros abuelos en el México de antaño, escuchando música, platicando o viendo una película europea.