Visitamos el McCafé y tenían una empleada nueva en el mostrador. La dejaron sola y la pobre no sabía qué hacer. Tardó siglos en servirnos el café, entre que el supervisor le explicaba antes de dejarla, y lo que ella tuvo que hacer después(y todo eso sin tener gente en espera). El capuccino sabía a leche con una gota de sabor de café. Terrible. La empleada tampoco sabía dónde estaba el azúcar blanca, y se había acabado en su lugar habitual. No esperas demasiado de McDonald’s, pero hoy estuvo terrible.