Un chocolate caliente es sinónimo de sonrisas y buenos momentos. Una amiga me invitó a conocer Airepaz después de que me vio tomarme un chocolate Abuelita. Y así llegué a donde realmente saben hacer chocolate. Existen muchos tipos en su carta, yo pedí un esp a ñol y estaba muy rico. Fue totalmente fuera de lo común, hecho a base de maíz y chocolate de su marca Rey Amargo. Algo dulce para mi gusto pero sin duda alguna de primera calidad. También probé el suizo y ese es verdaderamente mi preferido. Tienen además barras de chocolate amargo y un n buen menú de sándwiches ricos. El ambiente del lugar es muy relajado y es perfecto para esas tardes lluviosas o de frío intenso. Un buen libro hace el complemento perfecto para tener una experiencia aún mejor.