Llegamos a este lugar por que la zona se ha vuelto muy popular y ya no pudimos entrar a nuestro tan amado Scrath, ni siquiera a la Chupitería que se encuentran en la misma calle a media cuadrita por la de Morelos, y bueno, el Scratch en Andador Coronilla. Para nuestro agrado Alas Drinks es de esos lugares que no están a reventar de gente y aunque sí tenía una mesa grande con chavos gritando y cantando, cada quien estaba en lo suyo. Paralelo a eso, parejas entraban y salían del lugar, casi sentí que era como la pre-copa, pero ya pasaban las once de la noche. Y para no desentonar en el gusto por descubrir las micheladas mejor preparadas, podría decir que este lugar se llevó la medalla de plata, después de mi reciente descubrimiento de la michelada de gomitas. Mi acompañante pidió una Carta Blanca bien helada y yo pedí michelada con cueritos, pepino y jícama encima. Me gusta cuando hay botana en la misma bebida, pareciera algo muy folklórico, pero es un alivio para los que nos gusta comer mientras cheleamos. Obviamente pedimos una orden de alitas y unas papas gajo. Todo muy rico, a tiempo y a buen precio.
David M.
Rating des Ortes: 4 Guadalajara, México
Iba caminando con una amiga por el centro y decidimos ir a tomar unas cervezas. Yo sugerí primero el Scratch, pero luego ella se arrepintió porque me dijo que no le gustaban las papas de ahí, así que a la pasada vimos este lugar y le latió. Lo que me enganchó fue la promoción de dos caguamas por 60 pesos. Pues sí nos vimos un poco atrabancados porque ninguno de los dos suele tomar mucho y teníamos poco tiempo, así que tuvimos que empinarnos la caguama, pero también pedimos unas papas a la francesa y unos deditos de queso para amortiguar. También hay alitas, de las que las dragón son las más famosas(según lo que está rayado en las paredes), pero no teníamos mucha hambre. Las papas, nada del otro mundo, pero los deditos estaban buenos y fue más que suficiente para los dos. La música es rock en español, principalmente. Nos pusieron una buena dosis de Café Tacvba, pero también hubo de los Fabulosos y de Bunbury. Fue una experiencia muy agradable. Los meseros se portaron muy amables y aunque yo no tenía cambio para dejar propina ni ellos tampoco, me dijeron con una sonrisa que ahí para la próxima. Así que estoy invitado a volver.