El Jarro

Apto para grupos grandes pero el menú o es muy amplio. Su fuerte son los desayunos. Manejan dos menús a lo largo del día, uno por las mañanas y otro por las tardes. Si eres exigente con lo que comes, este no es el lugar para ti. Si solo buscas un lugar sencillo dónde pasar el rato con tus amigos, te funcionará muy bien. El gasto promedio por persona es menor a $ 100

Desde hace tiempo que tenía antojo de unos buenos chilaquiles y justo este sábado una amiga y yo acordamos vernos para desayunar juntas y ponernos al día.
Ya había pasado en ocasiones anteriores por afuera de este lugar y me agradó su terraza y decoración, sencilla pero acogedora. Así que quise darle la oportunidad y entramos.
La carta no está de lo más completa, le hacen falta algunas ensaladas y sopas. Pero como quería satisfacer mi antojo me decidí por una orden de chilaquiles verdes.
El lugar estaba lleno por lo que tardaron como media hora para traer nuestra orden. Tuvimos que hablarle día o tres veces al mesero para que nos llevara servilletas, porque no había en nuestra mesa y ni se diga idea para que nos rellenara el salsero.
Los chilaquiles apenas si se les veía el color, estaban nadando en aceite y bueno, total que era más plato que comida.
La cosa empeoró cuando quisimos pedir a otro mesero (que no nos estaba atendiendo pero que creo que a los clientes nunca se les niega el servicio) un flan y pay y nos respondió que como él no atendíà la mesa no podía traerlo. Peor aún cuando llegó nuestro mesero nos dijo que de eso no había. Situación que me incomodó porque lo hizo lo mínimo por ofrecernos otra cosa de la carta.
El lugar está padre y vale la ir a conocerlo pero no por la comida y el servicio.

Un lugar de tradición en Guadalajara, con un excelente servicio donde los meseros sí son meseros y no amiguitos de los dueños. Los domingos hay buffet a la carta a 99 pesos. Delicioso.

El Jarro es un restaurante de tradición y que tiene mucho tiempo establecido en la zona rosa de Guadalajara, (ósea en Av. Chapultepec) y aunque se que por estuvo algo descuidado la casa, el servicio y la comida nunca lo estuvieron, al contrario se mantuvieron muy bien.
He venido aquí en muchas ocasiones, con mi familia a comer y hemos aprovechado muy bien la variedad de platillos que tienen en el menú. He venido al Jarro con mis amigos en la tarde noche a tomar unas cervezas, comer algunas botanas y escuchar la banda de rock que toca en vivo, todo normalmente en la terraza, que tiene vista a tan famosa avenida, y el ambiente se pone muy bien.
También he venido aquí en varias ocasiones a desayunar con mis amigas que a echar el chisme y esas cosas, ofrecen paquetes que incluyen café y jugo, un plato de fruta y un plato «fuerte» que pueden ser huevos al gusto, chilaquiles (rojos o verdes) o waffles, y no es nada caro.
La comida es muy buena y el servicio también es bueno, ya sea que quieras estar adentro o en la terraza, El Jarro tiene varias opciones dependiendo la hora del día (eso esta muy bien) y siempre queda bien.

Es un restaurante tipo de la vieja escuela con meseros de esos de camisa blanca y corbatín y pues a pesar de que solo fui a desayunar, porque aquí conviene venir a eso tienen muy buenos precios, hay como una opción de desayunos completos por 99 pesos, sus waffles huelen como hechos en casita un domingo después de fiesta, además de huevos al gusto y omelletes servidos con papa hash brown.
Hace tiempo venía muy seguido aquí, por las mañanas es un buen lugar para trabajar porque tienen café de refill, su pay de queso es rico y no está tan aglomerado a esas horas, puedes venir a sentarte con tu computadora a trabajar sin ningún problema.

Uno de los lugares más concurridos de Chapultepec, es una casa muy bonita y grande, el lugar está súper tranquilo, la música está padre y a veces se presentan bandas en vivo.
Aquí puedes encontrar cerveza de barril a buen precio y también cervezas artesanales y nacionales.
Venden desayuno, comida y otros aperitivos para media tarde, cuando vas a chelear y se te antoja estar comiendo algo, como papas y así.
Además dan palomitas ilimitadas, por si sólo quieres beber, platicar y botanear.
Imagino (porque no poseo auto) que debe ser difícil encontrar un estacionamiento por aquí, porque se sitúa en plena avenida y pues los alrededores suelen estar muy concurridos, pero está bueno para cuando vas a pasear por el corredor cultural y quieres hacer escala para pasar un buen rato.

¡De lunes a domingo 99 pesos el desayuno completo! Yo no lo podía creer, aparte de que restaurante está precioso, es de esos lugares que te da pena entrara mal vestido de lo bonito y que crees que va estar carísimo porque se ve muy nice.
Yo me pedí unos wafles de frambuesa y kris de chocolate. No podíamos creer que tuvieran waffles de sabores. No encantó la idea y hemos regresado una y otra vez.
El café que te incluye el desayuno está bien cargado y deli deli.

De repente la sobrepoblación de hipsters en un lugar puede causar estragos con el mercado: aunque haya que agradecerles que se pueda salir en fachas a la calle sin temor a ser señalado, normalmente aumentan los precios de los negocios en esta zonas. El Andador Chapultepec es una de estas áreas y la excepción a esta regla es El Jarro, un restaurancito sin pretensiones de nouvelle cuisine pero con una cocina casera deliciosa.
Lo que más me gusta del lugar son sus desayunos, los hay para las personas de buen diente como el paquete de todo lo que puedas comer por 99 pesos (estas cosas me suenan como a un reto personal), pero también hay paquetes para niños o light, si están cuidando la línea.

El Jarro es un lugar de los más conocidos y con más tiempo la zona de Chapultepec. Tiene una terraza padrísima que te hace disfrutar y contemplar de la vista magnífica que tiene el Corredor de Chapultepec.
Tienen un menú variado y el restaurante tiene un un horario bastante amplio, puede sacarte de varios apuros ya que puedes ir a disfrutar de su bufet por la mañana, una buena comida por la tarde, o de una pre-​copa la noche.
En general es muy agradable, tiene su acondicionamiento sobre una casa antigua, que te hace incorporar aún más, todos los elementos que rodean la antigua zona rosa de Guadalajara.

Quisiera ir más seguido a este lugar. Sólo he ido a desayunar, pero me imagino que la comida también ha ser buena.
Creo que la primera vez que fui pedí unos huevos revueltos, muy ricos, y venían acompañados con papa rallada, que tenía un sabor a mantequilla. Sólo me acuerdo y quiero regresar ahí.
También me dieron pan cortado en triangulitos untados con mantequilla y calientitos, para eso me dieron mermelada que parecía casera, pues no teníà la misma textura que la que compras en los supermercados.
Limpié el plato totalmente. El jugo es fresco y tienen de varios tipos. Yo prefiero la terraza, el lugar está bonito y está ubicado en Chapultepec.
Creo que es perfecto para reuniones de negocios o con amigos, seguido me toca ver reunidas a un grupo de viejitas que se la pasan horas y horas platicando ahí.

Este es un buen lugar para desayunar, comer y cenar. Su servicio es bueno, aunque no suelo ir mucho. Lo que me gusta es su pan dulce, es un pan horneado caliento, recién hecho. También es un buen lugar para «pre-​copear» con los cuates antes de irte a una fiesta.
Las veces que he ido tiene fútbol o bandas de jazz, se pone el ambiente relajado. El lugar donde más me gusta sentarme es en la terraza, ya que es muy tranquilo y el clima se ajusta perfectamente al mood que traes, junto con una cerveza bien fría.
Sus precios son accesibles y sus comidas valen lo que pagas. El lugar en el que están es una casa muy antigua pero a la vez muy bella. Un tip: prueba lo que te guste, no te vas a desilusionar.

Por la mañana tienen un desayuno todo incluido muy bueno, en especial los waffles de sabores. El precio es bastante accesible y el lugar es una verdadera joya arquitectónica. Prefiero la terraza porque tiene muy buena vista del camellón de Chapultepec, aun más agradable los sábados por la tarde, cuando hay más movimiento. Algún viernes pasé por ahí y había una muy buena banda de jazz en vivo.
En otra ocasión llegué con un amigo a cenar. Habíamos peregrinado por varios lugares que ya estaban cerrando, ya era muy tarde y aquí me sorprendió que todavía estuviera la cocina abierta. Pedimos unas hamburguesas, bastante buenas para el precio. La cerveza es barata y la iluminación le da un toque especial a la casa.