Lo bueno de este tipo de farmacias es que puedes encontrar productos, por ejemplo, dermatológicos, que en casi ninguna otra venden. Por ejemplo, Dany, una amiga que vino a visitarme del DF, olvidó allá el bloqueador de sol que le recetó su médico, porque tiene la piel demasiado sensible al sol y no puede ni salir a caminar sin él. Así que estuvimos buscándolo(a la luz del crepúsculo, por supuesto) por todas las Farmacias del ahorro, Benavides, Guadalajara, etc., la preciada botellita de elixir vampírico y hasta que llegamos aquí pudo volver a salir a sentir la luz del sol reflejándose en su encremada superficie. Lo malo es que a veces tienes que esperar unos cuantos días en lo que encargan y les traen las cosas de los laboratorios.