Siempre me llamarán la atención los lugares que rescaten edificios bellos, tradicionales o emblemáticos de la ciudad. Y este es un caso de estos, rescataron y acondicionaron una antigua casona de la zona y le dieron nueva vida con esta propuesta, y la verdad les quedó muy bien. Se antoja tanto estar en su terraza al aire libre bajo sus sombrillas en el día o en la noche si refresca(para lo friolento que somos los tapatíos) ponen calentadores cerca de las mesas. Tienen música en vivo en el interior del lugar, donde también hay mesas, hay un área de bar en el segundo piso, y también cuenta con salones para reuniones privadas o algún evento especial que quieras organizar, como una comida de negocios o festejar algún cumpleaños en grupo. La comida es mexicana moderna y maneja tortillas de maíz azul, rojo y las tradicionales tapatías de maíz blanco.
Mónica M.
Rating des Ortes: 4 Mexico City, México
¡Wow! No sé mucho de arquitetura, pero ¡wow! ¡este lugar parece un castillo! Hoy no soy Mónica, hoy seré la princesa Leia(porque obvio es la más cool de las princesas) y voy a ir a cenar con mi principe Morado(porque no me late el azul) en mi castillo de techos altos, vitrales, y muros llenos de piezas de arte(que por cierto están a la venta) Nos la pasamos padrísimo, aunque he de confesar que mi príncipe estuvo a punto de convertirse en Bestia porque el servicio estuvo algo torpe en un principio, pero no fue nada que mi sonrisa no pudiera hechizar. Uno de los mayordomos me dio la carta con el menú que tendríamos hoy, en su mayoría era comida mexicana. Me puse muy felíz, aunque me preocupó un poco manchar mi vestido de maíz azul. El sazón de los platillos estaba rico y el mismísimo chef salió a preguntarnos qué tal estaba todo.
Kristofer N.
Rating des Ortes: 5 Centro, México
No hay manera de ir caminando ver este lugar y no morir de ganas por entrar. Siempre me ha fascinado que los lugares sean distintos, que no sea lo mismo de siempre y esto definitivamente así es. Desde qué lo ves te sientes en una historia de castillos. Por dentro ya se imaginarán, esta igual de original. Tienen una terraza que está para pasarla súper agusto, puede ser un lugar perfecto para una cita, es bastante romántico. Al igual esta muy cómodo para ir con los amigos y tener un rato agradable. Lo mejor es que aparte de toda la bella envoltura, la comida esta súper rica, es mexicana y me encanto que usen tortillas tradicionales. Las quesadillas de cochinita, son una locura. Los precios no son los más barato, sin embargo el lugar lo vale.
Ale De La Torre H.
Rating des Ortes: 4 Guadalajara, México
Nadie me recomendó este lugar, no sabía lo que vendían, pero lo vi y no puede resistirme a entrar, su estilo y su linda fachada te invitan a quedarte a comer, es una de las casas más bonitas que hay en la calle Libertad. Me acuerdo que iba saliendo de la oficina de mi mejor amigo, no había comido aún y cuando pasé por afuera me dije: «¿por qué no comer aquí? «, sí ya se que suena raro, pero a veces me gusta hablar sola, bueno el caso es que entré y en el momento me recibieron y me dieron una mesa. Pedí tacos de camarón y una cerveza, no suelo comer sola, pero en esta ocasión disfrute solo de mi compañía, platiqué con uno de los meseros y me comentó que por las noches se presentan algunos grupos para que las personas además de disfrutar de su cena, disfruten de música en vivo.
David M.
Rating des Ortes: 4 Guadalajara, México
Una vez nos invitó un amigo a escuchar a Ana Sandoval cantar algo de jazz. El servicio es de primera. Apenas nos sentamos en la mesa y el mesero ya nos estaba sirviendo unos totopos con salsa y un consomé de carne buenísimo. No teníamos plan de cenar ahí, así que sólo pedimos unas cervezas y yo luego pedí una naranjada con agua mineral. La casa donde está el local es una de las más bellas de la calle Libertad. Fue un gran acierto que la utilizaran para un restaurante, porque antes eran oficinas de una empresa de seguridad privada. La iluminación es genial y se antoja como para una cena romántica. Mientras escuchábamos a Ana comenzó una lluvia ligera, pero las sombrillas que tienen en el jardín son lo bastante gruesas como para no mojarse, así que nosotros no nos tuvimos que mover y los músicos tampoco. Al final se despejó el cielo y decidimos seguir nuestro camino.