Merendero El Tapatio

Nos decidimos comer fuera de la oficina para que nos diera el aire un rato. Claro que vamos a la hora de comida por lo que siempre está lleno y el servicio es medio lento (solo hay un mesero), la comida tarda un poco así que hay que ir con paciencia y hambre moderada. Hay variedad de antojitos con precios muy accesibles y un sabor muy casero.
No es mi lugar predilecto porque (aunque me linchen) no soy muy fan de este tipo de comida, pero de vez en cuando y para el «antojito» está de maravilla.

Muy buena toda la comida, solo que a veces hay tanta gente que hay que esperar, no tienen mucho control sobre la lista de espera y solo es un mesero, por lo que a veces tardan mucho, también el lugar podría estar en mejores condiciones para hacer la estadía mas agradable.

Muuuuy mal servicio. El lugar estaba solo. Sólo estábamos nuestra mesa y otra más y tardaron cerca de 1 hora en traernos nuestro platillo.
Los platillos hiban llegando conforme estaban listos, por lo que comimos primero unos y después otros. Haciendo diferencia de hasta 15 minutos entre la llegada de un platillo y otro.
Al pagar el del servicio se molestó al querer pagar por separado y hasta cierto punto lo entiendo pero el trato fue sumamente irrespetuoso
No lo recomendaría para nada.

This place is beloved by the locals for the amazing pozole. This family run restaurant is no-​frills, but the staff are very friendly and accommodated our group which included a finicky five year old. We came on a quiet evening, and there was only one other table occupied, apparently friends of the waiter. According to my friends, there is often a wait to get a table on a busy night.
The pozole was some of the best I’ve ever had, rich but not heavy. The memelas (fried quesadilla) are supposed to be good too, but second to the famous pozole which we all ordered. It doesn’t hurt that the place is incredibly inexpensive.
This should definitely be on your list of must-​visit places for authentic tapatío cuisine.

Se cena, muy rico, en un ambiente muy tranquilo y familiar!!! Muy buen sazón y precios accesibles!
100% recomendable!!!

Lugar de tradicion en Guadalajara, un verdadero merendero; amo su sazón me siento con mi abuelita. Les recomiendo que pidan un pozole, tostada de lomo y panela. y un popurri tapatio.

It’s the best place by the expo center. The «mini“pozole is huge, flavors are wonderful, not oily, it’s even better the next morning! I tried to go back everyday but the hours were weird. The item i keep wanted to go back for is their memela, which is a fried quesadilla. Fillings for this includes corn mushrooms, pepper, chicharron, carne con chilie, beans or pork. YUM, I can’t wait to go back.

Una noche mi jefe me manda un mensaje y me dice que nos vayamos a cenar. Así que nos fuimos, pasamos por una amiga de él y llegamos a este lugar, para mí desconocido. Pero en cuanto entré, el olor a comida hizo que se me abriera el apetito de inmediato.
En lo que comenzábamos a ver el menú su amiga y yo, casi casi nos lo cierra y nos recomienda qué comer: memelas. Éstas con como quesadillas, pero bien ricas. Así que decidí tomar su recomendación: una memela de queso y champiñones y un pozole mini. La verdad, de haber sabido lo mucho que me iban a gustar, dejaba el pozole y me como más.
A partir de ese momento, decidí que comeré más seguido en este lugar; la salsa con las que te la dan es tipo verde, pero con un sabor diferente a otros que haya probado. Te dan bien surtido todo. El pozole lo pedí sólo con carnaza, muy rico también.
Lo malo es que ese día ya se había acabado el agua de sabores y tuve que conformarme con un refresco. El sitio es de lo más agradable, con mucha gente, pero tranquilo para platicar y cenar a gusto.
Además, los meseros son honestos. Nos fuimos y a los cinco minutos mi jefe se dio cuenta que olvidó su celular, así que marcó y le respondieron, diciéndole que ahí lo tenían.

No hay otro igual a kilómetros a la redonda, así que si andas por la zona (y por qué no, después de ir a la FIL) y tienes ganas de antojitos mexicanos, no busques más, aquí encontrarás el balance perfecto entre grasas saturadas, colesterol y sabor extático 100% casero. Mis favoritas son las enchiladas y las flautas. La crema y el queso que les ponen hacen gran parte de la experiencia, y esa cebollita, tan fresca, realmente es todo un manjar.
El lugar es más bien una cochera techada y es algo pequeño, pero las veces que he ido nunca he tenido que esperar a que se desocupe una mesa, a menos, claro está, que llegues con una familia de 20 con primos, abuelos, sobrinos, tíos… y el perro esperando en el auto. Por lo regular se puede estacionar sobre Barlovento, pero Isla Sumatra también es una opción.

La comida mexicana es deliciosa, aquí puedes venir a merendar como dice su nombre todo tipo de antojitos, desde el clásico pozole estilo Jalisco, pasando por memelas, enchiladas, sopes, flautas, enfrijoladas, tacos dorados y demás vitamina T, todo con sabor casero.
Aquí traje a un amigo alemán que estaba de visita en la ciudad a que probara el verdadero sabor mexicano y algo de la gran variedad de comida mexicana (esto fue solo una probadita de la jalisciense) y quedó encantado.
Se come rico y abundante, mis favoritas son las memelas de chicharrón con queso, que son una especie de quesadilla grande frita rellena, todo un manjar.
No puede faltar el agua de jamaica y horchata y lo mejor sus precios accesibles. Por supuesto, puede que tengan que esperar mesa un poco, pero vale la pena.

Como buen viajero y universitario en proceso de graduarse siempre ando con un montón de hambre, pero poco dinero. Así que he tenido que encontrar la manera de conciliar esto y comer mucho y muy rico. Gracias a esto he podido encontrar unas fondas/​merenderos deliciosos, donde te atienden como mi tía lo haría y sin exigirte tanta obligación como ella (ni tampoco cobrártela en millones).
Siempre te recibirán con un aroma casero y delicioso que emana de un buen plato de enchiladas picosas con su respectivo boing para acompañar.

Recuerdo cuando era niña y mis papás nos llevaban a mis hermanas y a mi a cenar a un merendero delicioso que estaba por Chapalita. Luego lo quitaron y ya no supimos a dónde se fueron ni porqué.
Recientemente una de mis hermanas los reencontró, en una nueva colonia claro y no paso mucho para que hiciéramos una visita obligada.
El merendero esta en lo que era la cochera de una casa, así que conserva ese toque de restaurancito cómodo, estaba lleno claro está, pero no tardamos mucho en conseguir mesa.
Después de tanto tiempo, volver a probar esos platillos y que conserven esos aromas y el sabor tal cual lo recuerdas uuuf ¡no tiene precio!
La comida es deliciosa, pidas lo que pidas, los alimentos los preparan en el instante (lo cual lo hace mejor, en verdad) y no hay que esperar tanto tiempo para poder disfrutar.
Memelas (riquísimas) pozole, tostadas de patitas o de cueritos, sopes, flautas, enmoladas, quesadillas son parte del menú y ¡todo para chuparse los dedos!
Para acompañar agua de sabores o refrescos.
El lugar esta bien iluminado, limpio y bien atendido (por los dueños) es un negocio completamente familiar.
Si aún no has tenido la dicha de probar este lugar, no esperes más y ve, te aseguro que te encantará.