Parroquia del Dulce nombre de Jesús

Debo decir que lo que más me gusta de este templo es que se llame «el dulce nombre…», porque me recuerda una canción de Victor Manuel, que no tiene nada que ver con Jesús ni con cosas religiosas, sino con erotismo y romanceo puro, pero pues eso no es lo que ahorita nos preocupa.
Yo no soy mucho de andar visitando iglesias, pero esta me cayó bien desde que me tocó ver que llevaban en una procesión a una virgen pequeñita entre brazos (hay muchas de este tipo de vírgenes por todo Jalisco, y toda´via no aprendo a diferenciarlas) y adentro ya la estaban esperando la banda ¿de guerra? de una de las escuelas aledañas.
Por dentro, la iglesia no tiene demasiado valor estético, la verdad es que no tiene detalles demasiado llamativos o de alguna época relevante para hablar de ella (todavía). Por fuera, su sencillez recuerda las construcciones que se echaban los primeros evangelizadores con urgencia para tener una base de operaciones de soldados cristianos.
Ojalá te toque fiesta, como a mí, cuando vayas.

En esta pequeña iglesia se casó mi mamá, y algunos años después aquí me bautizaron, creo que son estos importantes momentos lo que hacen especiales los lugares.
No es la iglesia más bonita de la ciudad, ni la que está en la mejor ubicación, pero sin duda es una iglesia a la cual mi familia y yo le tenemos mucho cariño.
En el barrio donde se encuentra esta iglesia creció mi mamá y aquí conoció a mi papá. No hay día en que visitemos este sitio y mi mamá diga: aquí nos casamos tu papá y yo y también aquí te bautizamos.
Visitar esta parroquia siempre es grato.