Menudo Esteban

Bueno después de un buen sábado de fiesta bebas o no con la pura desvelada andas como crudo, por lo cual se me antojaba un caldo o algo así picoso.
Una amiga con la que estaba platicando andaba con el mismo antojo que yo, pero ella quería comer mondongo y a mí no me gusta pero bueno el caso es que fuimos y yo con la esperanza que hubieran más cosas de comer, sin embargo antes de pedir mi amiga ya tenía su plato y por curiosidad quise probar ese menudo porque se veía bueno.
Con decirles que pedí mi plato ya que estaba buenísimo, las salsas y todo lo que ponen para prepararlo le terminó de dar un toque mucho más sabroso y algo que también me encantó es que las tortillas estaban bien calentitas y suaves porque eran del día. El plato no es caro y lo dan muy bien servido.

Dicen los médicos que para curar la resaca, mejor conocida como «cruda», lo más recomendable es ingerir muchos líquidos pero para la mayoría de las personas que conozco, incluyéndome a mí, la respuesta es otra: EL MENUDO.
Cuando estás crudo, e incluso cuando no, no hay cosa más sabrosa que un menudo bien calientito, picosito y acompañado de grandes tortillas de comal, y no conozco mejor lugar que éste. Sin duda en menudería Esteban tienen el mejor menudo de la ciudad, al menos de los que he probado, y es que no por nada a veces tienen fila para poder comprar o consumir dentro del lugar.
La primera vez que vine fue por casualidad, porque estaba en casa de un amigo que vive por estos rumbos, y desde ese día, esté donde esté, así tenga una menudería en la esquina de mi casa, prefiero venir hasta acá a comer. Y es que de verdad está delicioso, el lugar es céntrico y muy limpio, y el servicio es muy bueno, no es rápido porque tienen bastante gente casi siempre pero vale mucho la espera.
Sábados y domingos, que son los días que más uno sale a divertirse en la noche anterior, está abierto desde las 4 de la mañana; así es que si quieres curártela y te amaneció, ya sabes a dónde venir… pero apresúrate porque se acaba rápido y cierran a la una de la tarde.

Aquí te olvidaras de la famosa resaca o cruda, aquí acuden todos los develados y trasnochados que bebieron en exceso, y lo único que quieren es sentirse mejor.
Aquí te atenderán como en ese momento lo necesitas, puedes ordenar un menudo muy caliente, y prepararlo de una manera que te quede muy picoso, y así combatir los síntomas que te achacan .
Aparte en este lugar sirven un menudo muy rico y limpio, también venden quesadillas de chicharrón, huevo, pollo, picadillo, y muchos guiados mas, cabe mencionar que lo mejor para acompañar un menudo calentito, es una cerveza bien fría con sal y limón, todo esto lograra que por fin te sientas mejor.
Quiero aclarar que no solo es recomendación para los crudos, este es un restaurante para toda la familia, y así disfrutar un buen domingo temprano en compañía de tus seres queridos y con uno de los mejores menudos de la ciudad.
Esta abierto de lunes a domingo desde las 9 pm y hasta medio día, así que ya lo saben, el menudo de esteban, no espera!!!

Fue mi novio el que me trajo a conocer este lugar, la verdad no sabía de su existencia pero indagando un poco más descubrí que en realidad, es un lugar con mucha historia pues lleva abierto desde 1974.
Me sorprendió aún más saber los horarios en los que uno puede ir a disfutar un rico menudo. De lunes a viernes de 7 de la mañana a 1 de la tarde. Los sábados abren a las 5 de la mañana y los domingos a las 4 de la madrugada, ahí fue cuando entendí que los verdaderos clientes son todos aquellos que se quieren curar la cruda (realidad).
Mi novio, –quien por cierto es fan del menudo– al saber que escribía esta reseña, me pidió que no omitiera decir que a diferencia de otros lugares, la carne está muy limpia y suave; los platos están bien servidos y las tortillas de comal junto con las quesadillas que uno va pidiendo complementan el rico y picosito platillo.
Así que esta menudería resulta ser un lugar muy tradicional, muy rico y también muy familiar. Luego nos ha tocado ir caminando por la calle Independencia y ver cómo hay días en los que la gente –literalmente-​, está esperando afuera del local para tomar su turno para no quedarse con el antojo.