Una de las pocas –muy pocas –cosas que extraño de vivir en el área de Tlalnepantla y alrededores, es comer en Piccolo Angolo. Es un café/bistro que se adhiere al concepto Slow Food. Eso quiere decir que la comida es preparada con total esmero, cuidando los detalles y enfatizando el sabor. El ambiente es agradable, tanto que uno casi se olvida de estar en Los Pirules. Las pastas y los calzone son espectaculares. Merece especial atención el café. La atención es amable sin caer en los clichés de los rstaurantes de franquicia. Este es un lugar que merece ser visitado.