Beatriz Casellas

Una gran lección que me dio mi vecina querida en Chuburná fue que una institución en el imaginario culinario colectivo yucateco es el pastel de tres leches de «Las Casellas», una familia de afamadas reposteras, que se ha dividido en dos negocios, uno de los cuales es Beatriz Casellas. Doña Carmen (mi vecina) que es tan fan de la cocina como yo, era cliente frecuente, y más de una vez me invitó a su casa a probar esas delicias.
Cualquiera podría decirte las maravillas de sus merengues, besitos, brownies, figuras de azúcar, yemitas, paletitas de fudge («fochitos» como les dicen) y por supuesto de sus pasteles, que cuentan con el balance perfecto de humedad y cualquier decoración de merengue que solicites.
Mi favorito, el pay de coco, es una suerte de cheesecake de coco, en la que el sabor de coco está integrado a la parte cremosa, sin que sientas el rallado que a veces es difícil de pasar por la garganta en seco; en la parte superior, en vez de llevar jaleas o mermeladas, está cubierto de un merengue etéreo que se deshace en tu boca; la galleta de la base, a diferencia de muchos pays, no es de limón, cosa que agradezco.
Lo más increíble: el precio. No recuerdo la cifra exacta de la última vez que lo compré, pero estoy segura que no rebasaba los $ 150 pesos. Una opción excelente para quedar bien como invitado a cualquier fiesta improvisada.

Si tienes alguna fiesta en puerta pero ya quieres variarle a los pasteles de Tere Casola o te gustaría que el pastel fuera hecho de manera más personalizada, te recomiendo mucho la pastelería Beatriz Casellas.
La tienda es pequeña y realmente se especializan en los pedidos por teléfono, o sea que no tienen muchos productos en existencia. Para encargar tu pastel solamente tienes que llamar, especificar cómo lo quieres y ellos lo llevan hasta tu domicilio. ¿Genial, no?
Personalmente hablando, yo no quería ningún pastel de momento, así que aproveche algunos de los pocos postres que tenían en exhibición y compré un brownie de chocolate y un besito (que la vendedora les dice «beshitos», se me hizo chistoso jaja). Ambos postres estaban pequeños, muy buenos y muy baratos, ideales para calmar el antojo y para romper la dieta sin que nadie se entere.
Ya sabes, la próxima vez que quieras sorprender a algún amigo llevándole un pastel que diga «Feliz cumpleaños Fulanito», no dudes en llamar a Beatriz Casellas.

Los pasteles de las Casellas son una tradición en Mérida, y llegaron mucho antes de las tantas pastelerías famosas y nuevas que ya hay. No son tan comerciales ni tienen tantas sucursales como Tere Cazola o Ana María, pero su calidad sigue igual desde que empezó.
Lo que está más padre de esta pastelería son los encargos personalizados con muñecos y formas de pastillaje que hacen, son como de azúcar glass y pintados según diseño, les pueden poner alguna frase o nombre del festejado y es un buen detalle que hace significativa la ocasión en cuestión.
También los puedes encargar para regalar en primeras comuniones o bautizos, bodas y XV años, en realidad para cualquier evento, con su bolsita de celofán y un moñito de algún color.
Hacen bocadillos y muffins, brownies, galletas de temporada, cheese. Cake, y cualquier postre que se te ofrezca.
Pero su mejor acierto es el pastel de 3 leches. No. Me crees? Pruébalo y verás que es el mejor de la Ciudad. Con su delicioso merengue tradicional.
Venden también velitas y mil adornos para agregarle a tu postre. Una delicia total.

Si tienes algún cumpleaños o fiesta infantil en puerta, sabes tan bien como yo que no tener pastel para esa fecha especial es un error gigantesco. Así que aquí te traigo una opción buenísima, ya que además de deliciosos, los pasteles de Beatriz Casella tienen la cualidad de que llevan tu pedido hasta tu casa, por lo que no tendrás que romperte el cráneo pensando como ir a buscarlo.
Se encuentran ubicados en la avenida José Días Bolio, a tres cuadras de la estación de bomberos de la México Oriente. Cuentan con estacionamiento propio, pero es limitado, así que debes tomar precauciones en este sentido o tomar la opción de marcarles y preguntar por la opción que necesites para ese momento especial (a eso llamo conveniencia.)
Ahora sí, todo listo para festejar, tranquilo y sin remordimientos. Solo concéntrate en divertirte ya que todos los predicamentos se han resuelto y no hay mas pendientes.