Cafetería Pop

Fui atraído por el estilo del lugar y los buenos comentarios hacia ella, así que decidí ir. Grata sorpresa, el lugar es pequeño pero eso le da un toque privado y bonito. Al ver el menú, la comida es la estándar, pero los precios son magníficos, pedí unos huevos motuleños que vienen en paquete todo incluido, un 20% mas económico que los restaurantes grandes. El Servicio es rápido y eficiente, y el sabor Gran sorpresa, muy rico con ese toque casero que le falta a la mayoría de restaurantes. Como único punto negativo, al curiosear lo que pude ver de la cocina, le falta algo de mantenimiento y se ve algo descuidada, lo cual es importante debido a la higiene de los alimentos. Solo eso le quita un punto a mi valoración.
Sabor= 1
Estilo=1
Precio=1
Servicio =1
Mantenimiento/​higiene =0.

We stopped here for breakfast. There is parking right outside the restaurant on the streets. The dining space is huge, so I think you’ll almost always get seated immediately without having to wait too long.
I don’t remember the name of the dish that we ordered, but the plate had two crispy tortillas, with eggs on the top, salsa and sprinkled with some cheese and peas. It was different from what I’ve had in other places and I liked it.
The plate also comes with toast café con leche and a freshly squeezed orange juice. My only gripe is, for coffee, they gave me powder cream, instead of real milk or cream. I didn’t expect that in Mexico.
Not a bad place for breakfast.

This retro diner looks like hasn’t been redecorated since the 1970s but that’s what gives it charm. We came for breakfast — my huevos rancheros came with peas on it (?). Coffee was good and there is free Wifi available

What you get for the price is ok, but don’t expect good quality food or a nice atmosphere. Cold light but a nice waiter. So if you’re just looking for food — go for it! The WiFi works well — ask the waiter for the password.

Cafetería Pop es un lugar muy mencionado por mi mamá sobre todo cuando relata sus épocas de juventud, me cuenta siempre que era como el lugar más cool al que podías ir en ese entonces y entrar ahí ya casi casi te daba popularidad inmediata.
Entonces un día paseando por los rumbos además de que teníamos bastante hambre, decidimos que pues por qué no entrar y así que me invite a conocer su afamada cafetería que tanto mencionaba siempre.
Yo ordené un sándwich club, que me gustó mucho, traía las papas clásicas, el tamaño era bueno y estaba bien tostado así que me dispuse a devorarlo bastante rápido (ya teníamos mucho caminando, imagínense mi hambre) y ella pidió una especie de hamburguesa a la cual también eché mis mordidas, bastante buen sabor.
Definitivamente ya no es el café que solía ser antes, claro por las nuevas modas y pues porque el rumbo ya no es un lugar tan padre para ir, pero sigue siendo bonito y el sabor es bueno. Precios un poco elevados, sobre todo considero por la zona en la que se encuentra.

No tiene un menú súper exclusivo, sino que tiene comida tipo, sándwich club, tortas, y algo de comida casera. El local se ve coqueto, limpio y tranquilo.
Un día que andaba por esos rumbos y todavía tenía que esperar una hora a que llegaran las personas a las que esperaba, pasé a comer algo. La verdad es que no había probado antes porque me parecía un lugar de esos destinados al turismo internacional que tendría precios elevados.
La sorpresa fue que pude encontrar comida regional a buen precio. Ese día comí una ración de pollo pibil, no tenía el sabor de «hecho en casa» pero tampoco era malo. Lo acompañé de un vaso de limonada fresca.
Las tortillas eran hechas a mano y también tenían unas tostadas de tortilla de maíz sobre la mesa para acompañar la comida, así como ensalada de tomate y lechuga, un pedazo de aguacate y la indispensable salsa de chile habanero.
No había nadie más en el lugar, así que me atendieron muy rápido, terminé a tiempo para mi reunión, y ya con el estómago lleno.

Llevaba muchos años de ubicar esta cafetería, pero la verdad es que nunca se me había antojado visitarla ya que, por más cool que se viera el mural del fondo y el nombre de la misma, se me hacía que la comida de ahí tendría un sabor más bien genérico.
El día que me decidí a probar sus platillos fue impulsada por mi novio en turno, quien se declaraba fan de esta cafetería, tanto así que era una tradición familiar ir a desayunar ahí todos los domingos. Así que con esta recomendación, llegó un día en el que tenía un evento en la UADY (que está apenas a media cuadra de esta cafetería) pero se me hizo temprano, de modo que tenía tiempo de sobra para desayunar con calma.
Así fue que probé uno de sus paquetes de desayuno, que me incluyó un par de panes tostados con mantequilla Gloria y mermelada de paquetito pequeño, acompañados de un café americano que no era sabroso pero tampoco horrible. Después de esto, llegó mi plato de fruta de temporada (sandía, melón y papaya que son los básicos yucatecos). También hay la opción de elegir un vaso de jugo en lugar de la fruta, pero yo soy más de esta última.
Finalmente llegó mi plato de huevos motuleños, aparentemente la especialidad de la casa. Estuvieron súper ricos: la yema del huevo en su punto, la porción bastante grande y los aderezos mu buenos.
Fue una deliciosa experiencia, el servicio muy gentil y eficiente. Ahora entiendo por qué la familia de mi ex va ahí todos los domingos.

Mi maestro me citó para hablar sobre teatro y sobre mi relación fallida, las dos cosas que más me asustaban en la vida para hablar con él, de cualquier manera sabía que no podía decir que no; así que, agarré mis deseos de hablar y de poner un orden a mis ideas y me fui a verle. Me había citado en la Cafetería Pop, lugar al que antes de esta cita yo, no había acudido.
Llegué a la cafetería Pop una tarde con lluvia, de esas que son muy molestas si estás en el centro de la ciudad, porque terminas más mojado de abajo que de arriba, con un poco de frío y hambre. José, mi maestro me dijo, pide algo, pedí un expresso y unos huevos motuleños. Después de hablar un poco de esto y de nada, me sirvieron mi café, y yo pensé que para ser una cafetería muy antigua, el café era bastante fresco.
La siguiente tanda de plática con el café en la mesa fue sobre el teatro, y directamente como un niño que se siente descubierto, comencé a hablar de lo que me preocupaba, mi maestro me cortó diciendo que todo eso se iba a resolver solo, con el tiempo. Y vino la plática cuchi cuchi, me preguntó cómo estaba, cómo me sentía, la verdad es que me sentía bastante descompuesto, frente a mí, en el mural de la cafetería tres sujetos me miraban burlonamente, el bueno, el malo y el feo, y yo me hubiese puesto a llorar como magdalena, sino me traían esos huevos motuleños con sabor a gloria. Cuando terminé de comer, pedí un agua de naranja, y un flan, la cuenta no fue bastante alta, lo que me terminó de sorprender. Yo no lloré, ni me desarmé, pero ese día comencé a poner entre mis listas de lugares recomendables para platicar la cafetería pop.

¡YUM! Pienso en Cafetería Pop y pienso en esos huevos motuleños que se han hecho mi platillo yucateco favorito. Este lugar es un rinconcito para venir a desayunar. El café es riquísimo, de los mejores que he tomado y te sirven también un panecito con mermelada que con el cafecito le da un toque más casero y yum, lo debes probar.
Por si no sabes cómo son los huevos motuleños, te los describiré. Son tortillas doraditas hasta abajo, sobre las cuales les ponen frijolitos, arriba se les ponen dos huevos estrellados, ya está en ti pedirlos bien cocidos o tiernitos y sobre los dos huevos viene la magia, una salsa de jitomate con jamón en cuadritos, chícharos y hasta arriba como para darles el último toque, llevan queso espolvoreadito. Alrededor se le ponen rebanaditas de plátano macho y la combinación de estas con el huevo es deliciosa.
Aunque ya llevan salsa, no puede faltar ponerle el toque picante con una buena salsa de habanero, dando como resultado una mezcla picosita y adictiva que te dejará la mejor de las experiencias culinarias.

Aparecen los primeros rayos de sol y el estómago comienza a hacer estragos para que le den de alimentar y yo además luchaba con la sábanas para que me soltaran y pudiera ir a desayunar. El hambre fue más fuerte.
Me fui a caminar por el centro en busca de un nuevo lugar para desayunar, así fue como llegué a Cafetería Pop, ya con el nombre me conquistó.
El restaurante es pequeño pero muy bonito, en especial el mural que se llama «El bueno, el malo y el feo» es de la portada de un disco uruguayo de protesta pero también me transportó a los que hay en mi país, Chile, que también tienen el mismo concepto de protesta contra a la autoridad, en especial en la época de la dictadura de Pinochet.
Ofrecen paquetes de desayuno, pero el más famoso es el que viene con huevos motuleños que dicen que están a un nivel superior pero como soy vegetariana no les puedo decir. Pedí el paquete que lleva jugo, huevos a la mexicana, pan tostado con mantequilla y mermelada y el tan ansiado café matutino a tan sólo $ 60M.N. Los huevos estaban deliciosos tanto así que deje limpiecito el platillo y no pedí un café si no que fueron dos porque estaba delicioso.
Cafetería Pop se convirtió en mi restaurante favorito para desayuno cada vez que vaya a la ciudad de Mérida.

Siempre que pienso en un desayuno clásico, económico y céntrico, obviamente pienso en La Pop. En el principio de los tiempos pensaba que era caro, y solo pasaba en el puerta, sin embargo un día junté mi dinero y fui para quitarme la curiosidad, y grata fue mi sorpresa de que comí como reyna y hasta cambio me quedó.
Abierto desde la mañana hasta la noche, ofrece las tres comidas necesarias para sobrevivir en este mundo y además el lugar tiene aire acondicionado y wifi gratis, es decir que es como un paraíso actual.
Los huevos a la mexicana, los chilaquiles con carne asada y el sándwich club son mis favoritos, acompañados de un jugo de naranja o un licuado de chocomilk, algo que hay que decir es que el precio es verdaderamente maravilloso, un paquete de desayuno con café, jugo, pan tostado y huevo al gusto por 60 pesos deber ser cosa del diablo.
El habiente chavo-​ruquesco funciona de manera chistosa, por ejemplo: los señores se juntan ahí a conversar de cosas del pasado y sentirse jóvenes de nuevo y los chavos se sientan a comer ahí y pretende parecer gente con experiencia, cualquiera que sea tu caso la experiencia será grata.
De carácter tranquilo la pop siempre estará ahí para necesites un café o un chocomilk para continuar con la vida.

Me encanta la Pop porque es una burbuja de tranquilidad y frescura en el centro de Mérida. Aquí puedes pasar un buen rato platicando con tus amigos, o leyendo tranquilamente mientras bebes una taza de café. Tal vez por eso sea considerado un lugar bohemio, donde artistas e intelectuales de Mérida suelen pasar las horas leyendo o compartir una buena charla.
Al fondo de este pequeño café se encuentra un hermoso mural que prácticamente se ha vuelto la imagen del lugar: tres personajes que te observan entre curiosos y cómplices en tonos blanco y negro. La gente de la cafetería me comentó que los llaman de cariño «el bueno, el malo y el feo», pero que originalmente fue la portada de un álbum de música uruguaya de protesta. Desgraciadamente, aunque he buscado por todos lados, no he podido encontrar más información sobre esta imagen.
El punto fuerte de la pop son los paquetes de desayuno, que incluyen jugo o fruta, pan tostado con mermelada, café y uno de los platos a elegir. Recomiendo totalmente los huevos motuleños, los preparan muy bien, con bastante salsa de tomate, un huevo estrellado en su punto, trocitos de jamón y chícharos. Una forma contundente de empezar el día.

Esta cafetería es magnética! Una vez caminando por el centro la vi cuando traía prisas y no me olvidé de ella en un rato, porque el diseño de la imagen de este café es especial, como que retro y juvenil, y no sé, pero me pareció súper divertido que aunque a muchas juventudes (les) nos (:B) gusta esta cafetería, casi siempre está lleno de personas de la tercera edad :3 La última vez que estuve ahí sentí que (les) nos (:B) hacían el feo, la mala cara, entonces, por favor, juventudes, (dejen) dejemos (:B) buena propina.
Es un lugarcito a gusto, anaranjado, con mucha luz, con un toque retro, con rica comida y con precios moderados. No se destaca ni por servir generosamente ni por ser realmente barato, pero no vas a sentir que te robaron o que te faltó. Creo.

«La Pop» como desde pequeñà la he conocido, es una cafetería tradicional ubicada en el centro histórico. La verdad lo que venden no es nada extraordinario, pero es un clásico, su concepto siempre ha sido destinado a extranjeros y los bohemios locales.
¿Qué les recomiendo? Pues el pepito de arrachera, la torta cubana (pierna, frijol y repollo) y el Club sándwich, todos acompañados con papas fritas. Para desayunar es excelente, ya que hay paquetes muy atractivos.
El lugar es pequeño pero el concepto es muy atractivo para pasar un rato relajante, envuelto en un libro o en una charla a gusto con un amigo.
Si vas, pregunta por José Luis, es un mesero fabuloso que la paciencia y la amabilidad es lo que más le sobra, se los aseguro, ya que recuerdo muchas anécdotas de pequeña derramando vasos, pidiendo que me calienten mi comida nuevamente o que le quiten la cebolla a todo lo que quería comer sin antes pedirlo.

Este lugar tiene una larga tradición en la bohemia local. Entre sus asistentes podemos contar desde artistas hasta líderes políticos, sin duda el café Pop siempre ha sido un referente en la cultura yuca (especialmente para la generación de nuestros padres). Su decoración de muebles setenteros, y colores naranjas nos recuerda (un poco) al tipo de decoración minimalista de los 70s de la naranja mecánica.
Al fondo del lugar hay un mural muy característico que los clientes han llamado «el bueno, el malo y el feo» originalmente basado en un disco de protesta uruguayo.
Alguna vez asistí a este café por su cercanía, más que por su tradición. Yo asistía a un congreso de semiótica en el edificio central de la UADY. Según recuerdo no estaba tan barato, pero mi memoria me traiciona porque estaba sobrecargada de café y ponencias de semiótica.

La pop es de mis lugares favoritos en el mundo. Cuando me voy de fiesta «saturday night» y al medio día del domingo se me ocurre desayunar — ¿por qué no?- me lanzo a la pop a pedir mi paquete de huevos motuleños.
Me traen mi cafecito negro, mi pan con mantequilla que, no puedo evitarlo, me hace sentir chiqueada y consentida, y mis huevos motuleños con el sabor más esperado.
Alivio total. Este desayuno me deja como nueva. Y además del trato cálido y familiar de José Luis y Jorge, se volvió mi cafecito predilecto por mucho tiempo, y aún más.
Bueno, también hay que decir que no tienes que estar cruda para disfrutar este lugar ¿verdad? Y que también es un espacio muy bueno para ir con la familia a desayunar, a comer o a echar un café con los amigos.
¡Ah! Además de todo ello, la pop tiene un logo que me parece un plus de ambiente… cuando vayan me cuentan si coinciden conmigo.

Excelente ubicación de este moderno y limpio café que se encuentra a tres cuadras de la Plaza Grande, en pleno corazón del centro histórico de Mérida. Con muchos años de experiencia, esta cafetería es frecuentada por muchos turistas que se hospedan en los hoteles que rodean la zona. Con muy buenos cafés y con wi-​fi gratuito (hay que pedir la contraseña a los meseros) es un espacio agradable donde descansar un rato.
Una de sus especialidades son los desayunos. Ofrecen unos buenos paquetes que incluyen jugos, copas de frutas tropicales de la región, pan tostado con mantequilla, huevos al gusto y café o té. La cafetería tiene unos enormes vidrios que dan a la calle y dentro de ella está decorada con lindos murales.

Este cafecito ubicado en el centro de la ciudad tiene un diseño muy peculiar, muy apegado al tema artistico y maya-​colonial. Es pequeño, pero esta muy bien ubicado en el centro historico de esta bella ciudad. Su menú no es muy extenso pero si es variado y los platillos que se sirven son para mi gusto un poco insuficientes.
Este lugar puedes encontrar desde huevos al gusto, con machaca, divorciados para la hora del desayuno. Tienen unos croissants muy ricos y unas buenas baguets. El cafecito no puede faltar, lo puedes encontrar en americano o capuccino. Tienen una que otra especialidad como las fajitas de pollo, el steak o el fetuccini con camarón. Yo decidí probar un rico croissant con un rico capuccino y me di por bien servido. El ambiente es muy ameno y nos la pasamos muy bien con el servicio calido y amable.

I needed salad stat! I wasn’t in much of a mood to walk far and it was already 8pm on Friday. This is already much later for me in terms of dinner. Apparently us Americans eat too early! Anyway, while we were walking to Chaya Maya today, I saw this place. It was well rated on Tripadvisor so it must be good right?
Well there was only 2 people in the place when we passed by and I was about to give up when the be said lets go inside and we can also order like a quesadilla. Three people were just sitting around waiting for us to sit and order. We had the ensalada verde mixto and the quesadilla con jamon. Also got a Yerba buena tea wondering what it was and well surprise it was peppermint.
The food came out fairly quickly the quesadilla was pretty much three small tortillas with Swiss cheese and a slice of ham the same size as the tortilla. I bet you it’s the same tortilla for the tacos. It came with a side of warm salsa and sour cream like substance. My salad was a large iceberg lettuce with some bell peppers, carrots, tomatoes, celery, and red onions. It came with a ranch dressing on the side. I was so happy with my large salad. It was only $ 50! The tea was $ 15. Total was $ 110 that’s MXD of course.
More folks came in after us and one that was well dressed. So I felt more comfy about eating there. Folks seem to rave about the breakfast here. Overall it’s a no fuss or frills place.