Dzalbay

Andaba en el tour de cantinas con varios de mis amigos, celebrando mi cumpleaños y decidimos terminar en este bar, ya un poquito entonados subimos al área de la terraza que es bastante cómoda y fresca. El interior del bar esta decorado de una manera muy padre, aunque les daría un tache en el servicio, desde 20 a 30 minutos para que te sirvan una cerveza, más de 40 minutos para que sirvan la comida, eso si, al menos la botana en la mesa nunca faltó, les faltaría arreglar esos pequeños detalles en cuanto a rapidez, en la atención, tiene casi todo para ser un muy buen lugar.

Estuve en la terraza superior. El lugar está al aire libre, pero no tiene vista a nada, sólo a techos y a nada más.
Me agrada la cervecería Modelo, por lo que no tengo queja respecto a las cervezas, pero sí tengo queja porque al estar en la terraza se olvidan completamente de ti, como si no existieras. El preparado de ojo rojo malísimo, con exceso de salsa inglesa y salsa tabasco, parecía michelada.
Quizá vaya de nuevo, me siente en otro lugar y me limite a pedir cervezas exclusivamente.

Iba dispuesta a todo y me quedé con nada más que una experiencia no muy padre… les cuento:
Era el último bar en el recorrido y ya sentía las copas bailando dentro de mi, así que difícilmente se me podría pasar el buen humor que traía, pero aquí estuve muy cerca de perderlo, y es que al inicio una chica no nos trató muy amigablemente y al pedirle mesa en la terraza nos dijo que no tenía sin antes checar, diciéndonos que mejor nos quedáramos en la planta baja.
Por suerte un meserito que andaba por ahí comentó que si había mesa en terraza y nos hizo pasar…
Muy contentos ya todos en la mesa, nos dispusimos a pedir.
Hay entradas, comida, cervezas, tragos, etc. así que el que tenía hambre pidió taquitos de pescado y los que traíamos sed nuestras respectivas bebidas…
Todo tardo muchísimo en llegar, en verdad yo sentía como me secaba por dentro y nada que nos trían las bebidas, a las mil llegaron pero todas mal; menos cervezas, otros preparados… ¡total caos! se solucionó con nuestra aceptación pero la espera siguió para los que ordenaron alimentos ¡casi 1hr! para que al dárselos les dijeran –los tacos son de camarón, ya no había pescado–
En fin, mi buen humor disminuyó y sólo me tomé dos whiskys y listo ¡‘amonos de aquí!
Espero que el lugar no sea siempre así y me haya tocado la de malas por ir «tarde».
Volveré a ver que tal, como sea está baratito y la terraza ¡a gusto!

El Dzalbay se fanzeó para adaptarse a los tiempos, y no le veo nada de malo a eso, al contrario, está padre que los lugares tradicionales se den una manita de gato algunas veces, siempre y cuando no pierdan su esencia y logren el equilibrio entre tradición y vanguardia.
Bueno, en el caso del Dzalbay, yo recuerdo que entre compatriotas solíamos conocerlo como «bar el Dzalbay, donde la botana siempre hay» y desgraciadamente parece que ya no es así.
No me mal interpreten, creo sinceramente que este cambio de imagen le hizo muy in al bar, no solo la renovación de su fachada, sino los hermosos murales que adornan su interior, han pasado a embellecer el valor arquitectónico del centro histórico, y me encanta la colaboración entre artistas y lugares referenciales de la ciudad. Pero
Sucede que fuimos a almorzar pues en la fachada del lugar dice que es cocina y cantina… y definitivamente no recomendaría el Dzalbay para comer.
Al llegar disfrutamos la happy hour de chelas al dos por uno, esperando al menos una botana para abrir el apetito. Nos llevaron tantito frijol y tres codzitos, uno para cada comensal. Al ver que la botana sería magra, pedimos mejor algo del menú unos tacos de arrachera y chicharra que tardaron más de media hora en llegar. Y yo pienso…¿ de verdad es tan complicado preparar tres tacos? Considerando que éramos una de las tres mesas ocupadas en todo el bar, me sorprende la lentitud del servicio. Mención aparte de la actitud del mesero que se la pasó cotorreando en la barra sin preocuparle mucho por nuestra hambrienta existencia.
A ver que los tacos no llegaban, pedimos más botana, digo, para entretener la panza. ¿Y qué nos llevaron? Pues un poco de pepino, zanahoria y salchichas en escabeche que nos dio para una o dos muelas.
En fin… Después de insistir al mesero, llegaron nuestros tacos que estuvieron bastante bien, aunque tampoco del otro mundo. Y para que vean que quiero resaltar los pros, puedo decir que el ojo rojo que preparan estuvo de diez, uno de los mejores que he tomado últimamente.
Si pudiera resumir mis comentarios, diría que el tornillo que tienen que apretar es el del servicio, todo lo demás hubiera estado excelente de no ser por el tiempo en el que nos atendieron y el poco interés del mesero en hacer más grata nuestra experiencia.

Hace no más de un mes un amigo me dijo que tocaría en el Dzalbay, y yo le dije yeah! me parece muy bien! y a la vez me preguntaba como es que en esa cantina, que por cierto es una cantina que ya carga sus décadas se le ocurre ahora meter banda de música a tocar? quizás uno pensaría. que tiene? en realidad eso es normal. Pues no tanto amigos porque en las cantinas de Mérida sobre todo la gente está acostumbrada a poner su música desde la rockola del lugar.
En fin, el Dzalbay yo lo conocí por que nos invitó a comer ahí el papá de un amigo, así que nos fuimos a comer y a beber unas cervecillas.
Como muchas cantinas del centro la gente que va seguido es quizás porque son esos clientes fieles al lugar o porque son del barrio.
En fin al llegar al Dzalbay note algo inevitable… el letrero de la entrada había cambiado! el lugar estaba recién pintado y bueno, por adentro otra historia… murales, nuevos muebles, todo renovado!!! Muchas cantinas del centro como esta, en realidad remodelan rara vez o solo quizás las cosas muy importantes porque en sí la fachada suele tener un encanto por ser vieja.
No es precisamente la cantina mas popular o mas barata, de hecho si tu ibas al Dzalbay meses atrás te ibas a encontrar a puro señor que bueno, ya no les importan tanto si es uno o dos pesos de diferencia sino el tener un lugar para ellos.
El lugar se remodela y digámoslo así se rejuvenece ya que si agarraron un estilo medio modernon y artístico. Quizás el dueño se dio cuenta de que por ahí estaba el probable éxito de una cantina que antes tenía mayor demanda por la gente mayor que ha ido tantas generaciones. No se que tan bien me parezca que a los señores les quiten su lugar pero si estas chavo lánzate seguro se pone bueno!

Un amigo hace poco me dijo que el Dzalbay había caído en la jugarreta de cambiar de concepto e irse por el lado hipster, porque «era lo de hoy», así tendría mucho más público lo cual llevaría a una popularidad incontrolable, exactamente lo que ocurrió con otra famosa cantina. ¡Qué lástima! ¿no? Digo, está bien querer sobresalir, pero cuando se trata de reconceptualizar un lugar que ya tiene tradición y hacer uno totalmente diferente pero conservando el nombre ¿se vale?
Es que, hay cambios que valen la pena y otros que no, todo depende de la manera en la que se administren las cosas, creo yo. Pero bueno, fui al Dzalbay para ver qué tan drástico fue dicho cambio y ¿qué creen? Considero que fue un buen cambio, ¡vamos! No el mejor, pero si es rescatable, no creo que sea hipster en lo más mínimo, sin embargo tiene tendencias.
Lo que cambio básicamente es que ahora es una cantina más o menos ‘fresa’, el contenido sigue siendo el mismo, es decir, vende cerveza y dan botana, buena botana, además de comida en donde predominan los mariscos, los costos están un poco por encima de lo acostumbrado pero nada exagerado.
En cuestiones de decoración… Les voy a decir algo, soy fan del artista Juan González, de Michoacán sino me equivoco, ¡talentosísimo!, tienen que ver los murales que se echó con ¡gises! En donde dibuja a aves y a mujeres y hay una parte hecha con acrílicos que simula al mar que no tiene idea, neta, este cuate es la onda, artísticamente hablando.
El lugar no me pareció malo, de hecho está bastante bien, mucho más pro, el mobiliario está bonito, nuevo, todo está reluciente y la atención de las meseras es excelente. Sin embargo está propenso a caer en las redes del consumismo y volverse uno más del montón, repito, como cierta cantina cercana. Por favor, no lo arruinen, ahora está muy bien.
¡Ojo! Hay promociones, de martes a domingo todas las chelas están al 2×1 de 13:00 a 16:00
horas y todos los días a cualquier hora los vodkas y rones estás a dos por $ 50.00.