Hawaiian Paradise

Uno de mis más grandes deseos es que existiera un Hawaiian Paradise en cada esquina de Mérida. Estoy pensando seriamente en escribir una petición al H. Congreso del Estado para que legislen que debe haber uno por lo menos a cada 500 metros de distancia. Bueno… tal vez exageré un poco pero nada cuesta soñar ¿o sí?
Y es que este establecimiento es sumamente necesario cuando vives en un lugar como Mérida, donde te derrites de calor sólo al caminar una esquina a la hora fuerte del sol (que es casi a cualquier hora de la mañana). Lo que me encanta de Hawaiian es que le dieron a los granizados un toque muy cool, haciendo combinaciones picositas sumamente deliciosas que te refrescan y te dejan un muy buen sabor de boca, sin ser algo sumamente complicado lo que hace que los precios sean muy accesibles.
El lugar está muy limpio y la preparación del granizado es muy higiénica, lo que es un punto a favor de este lugar si lo comparas con los que venden granizados en la vía pública, a la interperie y al alcance de quién sabe cuántas bacterias maléficas. Hay de varios tamaños por si la hidratación que necesitas va desde mínima hasta máxima y dependiendo de cuánto tengas en tu cartera, pero debo confesarte que el más caro no rebasa los 40 pesos y es ideal para compartirlo con era persona especial.
Siempre que ando por el centro y me ataca el calorón me encanta comprar uno de estos para refrescarme. Los de chamoy son los que más me gustan pero también están muy ricos los de sabores naturales como tamarindo o limón. Definitivamente tienes que probarlos, no te vas a arrepentir.

En este lugarcito rico y delicioso me he dado unas refrescadas estos últimos días que he andado de aquí para allá y que el sol de Mérida esta haciendo de las suyas a todo lo que da, me he tomado ya varios raspados de los que venden aquí y me he enamorado tanto de la chamoyada de mango o de tamarindo asi como el raspado de guanabana con su toque de lechera y canela, uff! Una delicia refrescante y a un super precio.
Tienen varios precios de acuerdo al tamaño de los $ 13 pesitos o el más grande que cuesta $ 30 pesos y que es mi tamaño favorito para hidratarme de nuevo al 100%.
Sus sabores son la onda y tienen una gran variedad que hasta te vas a sacar de onda con sus sabores como el de chicle o el de fresa con lecheta delioso. Puedes escoger ya sea de solo agua o de leche, picante o dulce y ahi el tamaño que quieras. El servicio es aceptable y muy atento, solo hay que decirle al personal que sonría un poco más.

Algo muy necesario en esta zona tan calurosa. De muchos sabores, de agua o de leche, con chile o muy dulce, los raspados hacen de cualquier tarde una muy refrescante.
El de rompope o leche quemada son mis ocnsentidos, pero cuando el calor no tiene perdón de Dios, uno de alguna fruta me revive más, como el de mango con chile al que le espolvorean piquín y termina sabiendote como a chamoyada pero en diferente presentación.
Te recomendaría más comprar uno aquí que los que venden en la calle, estos están más limpios y los jarabes no saben a medicina como los otros, a parte de que hay más variedad.
Si no los conoces no te imagines algo muy elaborado o con muchos ingredientes, no es más que hielo en trocititos con algún saborizante y nada más, sin muchas vueltas. A pesar de la simplicidad saben ricos y a lo mejor no terminas amándolos pero si deseándolos cada que el sudorcito aparezca en tu frente al caminar por la ciudad.

Lógicamente, en los lugares donde hace calor y por sobre todo, en los lugares donde hace MUCHO calor como en Mérida, los negocios que la gente agradece que existan y los que por ley tendrían que existir son los de bebidas refrescantes y claro por su puesto los granizados.
El granizado básicamente es hielo pulverizado al que le agregan algún saborisante y quizás un aderezo. El éxito esta en que sea hielito que te estas metiendo a tu boca por que te refresca bien rico por dentro.
Yo conocí el granizado por carritos que pasaban en la escuela y te servían de sabores en un baso de esos de fiesta. Tiempo después conocí Hawaiian Paradise, o como popularmente lo laman «Los Chamoicanos».
Este es el nombre de uno de sus sabores que es una combinación de chamoy con chile en polvo y limón que te enamoras. Bueno los chamoicanos hasta donde yo recuerdo eran los únicos que te hacían tu granizado con chile y limón, una combinación perfecta.
El granizado se trabaja en maquina y el hielo queda mas finito este es otro plus del lugar. Si no apeteces algo chiloso también tienen otras opciones, ya sean granizados de agua o de leche.

Este lugar tiene muchos años en Mérida, tal vez uno de los pionero no en inventar los granizados (raspados) pero sí en formalizar este negocio y hacer varias sucursales, hubo un tiempo que estuvo muy de moda pero con eso de que empieza a haber mucha competencia pues sobrevive pero se mantiene, ya no ha crecido como al principio.
Mérida es una ciudad calurosa la mayor parte del año así que de que se te antoja refrescarte, se te antoja y con la variedad de opciones que tiene este lugar, no te podrás decidir con facilidad y querrás regresar de nuevo.
Antes, cuando estaba más joven pedía el raspado que tenía muchísimo chamoy, esta muy rico pero ahora la gastritis no me permite disfrutarlo por lo que tengo que optar por otras opciones más saludables como los de de un solo sabor natural que pueden ser piña, tamarindo, etc. o bien por los que están hechos un con leche y son algo más chocolatosos.

En una ciudad tan calurosa como Mérida, estos lugares te sacan del apuro, sobre todo con sus deliciosos raspados y sus aguas frescas, sobre todo cuando vas caminando por las calles y andas sediento debido al calor.
Puedes encontrar sabores como cebada, jamaica, horchata, piña. además de raspados como coco, vainilla, fresa, limón, mango y algunas combinaciones con chamoy o miguelito, las cuales son deliciosas, pueden ser con leche o agua, dependerá del sabor que pidas, pero en cualquiera de las dos combinaciones son deliciosas y hacen que se te quite el calor. Además de esos sabores puedes encontrar combinaciones recientes, como los mokas, con oreo y cajeta.
Los precios son muy baratos y accesibles, por lo que no gastarás mucho de tu bolsillo para poder disfrutar y calmar la sed y el calor que hace en la ciudad. Últimamente hay algunas versiones donde no les ponen tanta azúcar para aquellos que no pueden consumirla en grandes cantidades.

Hawaiian Paradise es la onda, tiene todo en hielitos. ¿Te acuerdas de esos helados frappés como para niños de color azul eléctrico que daban como resultado un gran brain freeze cada rato? y te acuerdas ¿cómo te encantaban los raspados y cómo cada vez te fueron gustando más naturales? Bueno, pues Hawaiian Paradise te cumple el capricho en cualquiera de estas etapas.
Ofrece desde los raspados hechos de jarabe, los naturales, los raspados con combinaciones con chilito y esa deliciosa gama picosita o hasta capuccinos fríos o frappés, el normalito, el óreo, de cajeta, y también está la variedad en moka. Para la etapa que estés pasando, si más natural o más de jarabe o si ya estás en edad de caféína.
Los precios son bastante económicos, van desde los $ 13 pesitos y también tiene la versión light por si no le quieres echar tanta azúcar.
Tip: Si eres de los que se empalagan con facilidad, pide el pequeñito.

Caminando por el centro de Mérida llegué a una calle que estaba atiborrada de gente, tanto así que con suerte podías caminar en la acera acompañado de un solazo que con suerte te dejaba pensar, pero apareció frente un oasis en el camino. Hawaiian Paradise fue mi salvación para poder refrescarme y salir de la multitud.
Puedes encontrar una gran variedad de aguas frescas tales como horchata, jamaica, cebada, tropical punch, piña y chaya. Y si te gustan los raspados tienen una amplia variedad para elegir, tienen la opción con leche como por ejemplo de vainilla, piña colada o coco, naturales puede ser fresa, limón o mango y la opción Light es por si estas cuidando la línea. Yo me pedí uno de coco que estaba bastante bueno y eso que no son mi máximo de sabor.
Los precios son bastante accesibles e ideales para calmar el calor y tomar fuerzas para seguir el camino bajo el sol.