Se los juro: hay una librería de viejo en medio del Lucas de Gálvez. Es un dato que siempre he mantenido medio en secreto, porque allí he encontrado tesoros que jamás soñé encontrar entre recados y alpargatas, pero creo que es necesario que la información circule y que yo no acumule mal karma. Tampoco les voy a mentir, el lugar es super modesto, es más bien un tiradero de libros donde si le buscas con paciencia y dedicación puedes encontrar ejemplares interesantes. Pero su fuerte son las revistas viejas, tipo TvNotas, o las clásicas novelitas eróticas ilustradas, de esas que ya no se venden en la vía pública y que exhibían a mujeres de cuerpos desproporcionados y te contaban una trama absurda… creo que soy un poco fan de esas novelitas, como Chambeadoras o el Libro Vaquero, pero es un placer culposo que no da para comprarme ejemplares en el mercado. Lo que sí he comprado aquí ha sido una edición de Manhattan Transfer, de Jhon Dos Passos, que ninguno de mis amigos creyó que compré en el Lucas de Gálvez. Y es que créanme: hay temporadas en las que llegan libros que mejor ni te cuento. Imagino que algun viudo o viuda remata la biblioteca del finado y por azares del destino van a parar al Lucas, a este noble puesto que provee de literatura universal a los marchantes y marchantas. Ahí tienen el dato, dense una vuelta y si tienen suerte, luego me cuentan.