Orgánico

Amo el café, es una declaración importante. Pero debo explicar que mi amor es simple y mundano, es decir, no soy experta en café, simplemente cada mañana llego temprano a la oficina, pongo en marcha la cafetera y disfruto de mi bebida caliente y dulce (si, yo lo tomo dulce) antes de que llegue alguien más. Disfruto su olor y su sabor por unos minutos, y después estoy lista para trabajar.
También disfruto el café para después de comer, en las noches largas de trabajo, para acompañar un postre, en fin, ya lo he dicho: amó el café.
Por eso al saber de este lugar el Unilocal,no tuve opción ¡Tenía que probarlo! Así que una nochecita pasé a conocer el lugar que según leí era encantador y a probar ese café tan ampliamente recomendado.
La verdad es que cumplió las expectativas, tanto como para tener ganas de volver y de invitar a mi gente a conocerlo.
Me declaro incapaz de recordar los nombres de las bebidas y todas esas cosas sofisticadas y místicas que rodean al café orgánico, pero definitivamente recuerdo su sabor y el buen rato que pasé en este pintoresco lugar.

Estuve a nada de perderme la oportunidad de conocer este lugar, salí tarde del trabajo y pensé que no alcanzaría a mis amigos ( Unilocalers), sin embargo al parecer todos se habían retrasado un poco así que me dio tiempo de llegar como si nada.
Llegué, me senté y observé el lugar, mi veredicto fué: ¡hermoso!, me gusta que todo sea blanco y en colores naturales, como el color de la madera, de las plantas y de las flores que adornan las mesas en hermosos floreros muy románticos.
Pedí la carta y probé las bebidas que mis amigos habían pedido, me convenció el mocha café, así que pedí uno y de paso un sandwich de jamón y queso fresco. Me trajeron mi bebida y al probarla me di cuenta que no tenía azúcar, mantuve la calma, dije un par de bobadas, todos rieron y entonces mientras eso pasaba yo pedí un poco de azúcar, así evité que lo noten, porque por alguna extraña razón todos tomaban sus bebidas sin endulzar, pero yo no puedo, simplemente no puedo.
El sandwich estuvo rico, el pan es artesanal y te lo acompañan con un poco de ensalada de arúgula, todo muy zen, muy orgánico.
Seguimos pasando al noche, reíamos y no dejábamos de asombrarnos de lo bonito del lugar, a mi parecer es un poco caro, pero eso es porque quizá en el fondo de mi corazón y mi cerebro aun no he entendido eso de lo orgánico y su relación con el dinero, en fin, el lugar es muy lindo, es diferente, es gorgeus, y vale la pena conocer cosas nuevas, este lugar lo vale.

Me encantó este lugar, primero porque pudimos hacer la tercera reunión yucayelper y nos la pasamos muy chido. Segundo porque llevan la experiencia del café a otro nivel, uno muy delicioso que fue toda una experiencia.
El Orgánico es un café bar donde se entregan a la pasión del buen café. Puedes encontrar café americano o expresso hecho con distintas técnicas artesanales, así como frapés y mochas muy deliciosos. Pero también puedes experimentar con sus cocteles a base de café. Yo me pedí una mimosa café apenas llegué. La bebida me gustó mucho desde el primer sorbo: era como un café hecho con agua mineral, y sentías el sabor intenso del grano sin que nada distrajera tu atención del aroma y el cuerpo de un café bien hecho… ¡ y me lo sirvieron en una copa! Una cosa muy curiosa que me hizo sentir como si estuviera brindando con champagne.
Pero ya hacía hambre, y para cenar pedí un emparedado de pimiento y queso. En general, todo estuvo súper rico, pero no quisiera hablar tanto de la comida, porque creo que el lugar es encantador: los muebles y la decoración son super sencillos, pero con ese toque chic y vintage que está pegando duro. Los muebles están hechos a base de materiales reciclados. Nosotros nos sentamos en una mesa que era una antigua puerta mezclada con un escritorio de oficina. Eso, y el blanco de las paredes, sólo interrumpido por los protectores rojos de las ventanas, dieron el marco perfecto para una noche super linda, neceando un buen con los Unilocalers que se unieron al plan.
Y como plus, el encargado del lugar nos transmitió su pasión por lo que hace, contándonos sobre sus productos con mucho orgullo y conocimiento, cosa que es muy difícil de encontrar en muchos lugares.
Veredicto: estoy bastante enamorada del Orgánico, y lo pondré en mi libretita de lugares favoritos de la vida.
Nota: no te olvides que, aunque sea muy experimental la cosa, sigue siendo caféína: aguas con la desveladota que te encargo si consumes más de un coctel de café.

¡Que divertidas resultan las reuniones de los yucayelpers! Cada vez me asombro más de los lugares tan geniales que hay en nuestra bella ciudad. En esta ocasión le tocó el turno a Orgánico, un pintoresco café ubicado en las proximidades del parque de Santa Lucía.
Este lugar tiene un encanto muy particular, la mayoría de los objetos que hay aquí incluyendo las mesas y sillas son tan antiguos como el predio, algunos fueron restaurados y habilitados para ser utilizados como muebles, por ejemplo la mesa donde nos acomodamos es una puerta antigua instalada sobre una estructura de hierro.
El único empleado del lugar te recibe con una cálida bienvenida y enseguida te habla de las bebidas asegurando que todo cuanto se consume ahí es 100% orgánico y absolutamente libre de alcohol. Por supuesto es casi obligado probar el café, mi amiga Majo pidió un café mimosa con cereza, muy rico la verdad, yo opté por el Moka frío y mi esposa por un café tropical, este último con un ligero y exótico toque de plátano. Todos deliciosos.
Llega un punto en que que las altas dosis de caféína y la ingesta de carbohidratos hacen que salga a relucir nuestra necedad, más acentuada que de costumbre, haciendo comentarios y relatando anécdotas de lo más graciosas. Debo decir que me encantó oír las aventuras del célebre papá de Majo y reí mucho con las ocurrencias de Nidiviney, aaah espero poder algún día conocer al mítico puerquito de plata…

Este cafecito orgánico fue de los primeros que pude conocer al regresar a Mérida. Entre mis caminadas de reconocimiento por el centro de la ciudad a mi regreso, me topé con Orgánico y me di una azomada. Me llamó tanto la atención y desde luego entre a conocer.
El lugar bastante limpio, coquetón con sillitas normales y otras salitas con sillones super cómodos, bien distribuidos y con buena iluminación al interior. Su café es de lo más rico y viene en varias presentaciones al igual que su extraordinaria comida. Todo lo que usan en este lugarcito es de origen orgánico y saludable. Y puedes encontrar buenas promos como la de los jueves de 2×1 en expressos y americanos. y de vez en cuando paquetes armados con cafecito y algun platillo. Los precios bastante buenos y accesibles al igual que el servicio bastante bueno y acogedor.

Estaba de scouting por el centro. Misión: descubrir un nuevo café. La idea era encontrar el sitio perfecto para trabajar mientras saboreas una deliciosa taza dé. No encontré exactamente eso pero descubrí una propuesta cafetera diferente: orgánico.
El dueño, quien es un apasionado del café, me dio una explicación sobre los métodos que tienen para extraer café. ¿Has escuchado de la prensa francesa, por ejemplo? Su objetivo es sacar el sabor del café intentando conservar su esencia dulce. Nosotros estamos acostumbrados a tomar café tostado oscuro, pero los métodos alternos a la extracción del café te permiten obtener un sabor diferente.
Los cafés de orgánico son de Oaxaca, puebla, guerrero, Nayarit, entre otros estados de la república. Y son cultivados con métodos agroecológicos y orgánicos. El café orgánico es un poco más caro por el certificado de calidad con el que cuenta.
Yo probé el café latte con caramelo, este no extraído con ninguno de sus métodos, sino que se prepara con la clásica máquina de expreso. El café era agroecológico de puebla, el sabor era muy intenso y el caramelo que tenía encima me encantó ya que no sabía a saborizante artificial.
Para los hambrientos de sabores únicos.

¡PRUEBA EL CAFÉ, EL CAFÉ! Qué delicia, para mi buena fortuna y tocando el tema de mis adicciones cafeteras, quiero mencionar este maravilloso café orgánico. Soy tan exagerada con el café, que dudé en traerme el mío desde Playa del Carmen, que a su vez me lo traje de Guadalajara, que a su vez fue hecho en una pequeña cafetalera en Uruapan, Michoacán. Pues todo ese proceso para tener el café que me gusta en casita, es una delicia, luego les comparto una tacita.
Total que llegué a Mérida y me sorprendí, hay muy buen café en general, supongo que será por su cercanía con Chiapas o la forma de prepararlo, pero hubieron varios que llamaron mi atención y fui la máz feliz, porque los saboreé, los disfruté, los bebí, los sorbí trago a traguito y casi ninguno tuvo consecuencias relacionadas con mi gastritis, señal de buen café.
Aquí fue de los mejores lugares, es perfecto como para echarte tu cafecito, trabajar un rato y si andas cansado/​a, te recomiendo que te eches un espresso con un postrecito, te sorprenderá su sabor y su precio.

Orgánico es una cafetería bastante sencilla y pintoresca, pero como su slogan lo dice, es un «bar de café». Esto significa que manejan una gama muy variada de cafés orgánicos y agroecológicos, algo así como lo mas puro y natural del café. Esto significa que el sabor de café es único y auténtico, así que vale la pena tomarse una tacita.
Por las tardes, de 6 a 8, tienen una «hora feliz» de café en la que el espresso está al 2×1. Otra de las cosas atractivas del lugar, es la comida. El pan es hecho en casa y experimentan con sabores variados, como varios tipos de quesos. Les recomiendo probar los champiñones rellenos, el cheese cake con mermelada de tomate (raro pero rico) y el latte de caramelo. De lo mejor.
La atención es muy amable y la decoración del lugar a mi me encanta.
Una opción vegetariana, gourmet y sencilla en la ciudad, cerquita del parque de Santa Lucía.

El café es el mejor amigo del hombre, ayuda a despertar y ver la vida con alegría, te entrega minutos de placer y felicidad, como no amar a tan placentero sabor más si es de procedencia orgánico que cada vez es más difícil encontrar con tantos elementos transgénicos que están a nuestro alrededor.
Orgánico Café nos entrega este maravilloso bebestible 100% orgánico, para que así no nos haga daño a la guatita y no nos cause ese infernal dolor de la gastritis. Este tipo de lugares en la actualidad, se han puesto mucho de moda y que buenísimo que sea así, porque comer rico y productos cien por ciento naturales, marcan la diferencia en el estilo de vida de las personas. Recomendación, tomarte ese cafecito de la tarde noche, junto a un cheescake, te aseguro que será el cierre perfecto para tu día, te sacará la mejor de las sonrisas y te relajaras completamente.
Orgánico Café ofrece buenos productos y a precios acordes al producto que entregan.

Me gustó mucho. El café estaba muy rico, y muy barato, incluso siendo orgánico. Todos los productos que usan y venden aquí son orgánicos o agro-​ecológicos. Éramos unas ignorantes entonces nos explicaron sobre los diferentes métodos de extracción del café y de paso la diferencia técnica entre orgánico y agro-​ecológico.
De comer pedimos unos champis rellenos, muy ricos, y con todo y que para mi gusto les faltaba sal me los comí uno tras otro.
El lugar está encantador, la decoración súper discretita y fina, linda, mucha luz, sillones y sillas. Todo muy lindo. El servicio muy amable.
Eso sí, me quedé con que abría en un horario raro: de 6 a 11 pm. Ojalá la demanda ya haya sido suficiente como para haberlo extendido un poquito, como para llegar a las 3 a comer y trabajar pa’largo.

Bueno, quizá ya saben que para mí el ambiente y el sabor se tienen que llevar de la mano. Y este es un buen ejemplo.
Abre sólo de noche. Eso es algo que me desanimó porque en verdad es un lugar con un buen toque. De aquellos donde quieres compartir buenos momentos con gente querida. La iluminación exterior consta de una serie de luces blancas que le da un toque cursi-​encantador-​romántico-​minimalista al lugar. Ya dentro todo es en tonos claros, y es austero y muy cuidadoso con los detalles.
Yo, que entre postres encuentro la felicidad, pedí un helado de vainilla con trozos de chocolate. Imaginaba algo sencillo y rico. Pero, dicen por ahí que en los detalles está el infierno y el paraíso. Esos trozos de chocolate, esos mágicos detalles, eran completa y absolutamente deliciosos. Eran amargos con rudeza y en contraste con el helado dulce de vainilla, generaban una sensación única. Única.
Ahora, he aquí otro detalle. El precio se lleva de la mano con el sabor, y este pequeño placer tiene su costo. Así que si de un día especial se trata vale la pena invertir pero quizá tengas que evaluar la frecuencia como yo.