Parque Eulogio Rosado

El otro día quedé de verme con mi madre cerca del mercado, pero no se nos ocurría en dónde para que no tuviera que esperarme de pie. Dije «en el parque Eulogio» y su respuesta fue «No, ahí está muy feo». Me llamó la atención porque es raro que ella se exprese así.
Había escuchado que de noche es un lugar de teporochitos (no agresivos pero impertinentes) y que estar o pasar por ahí puede ser un poco incómodo. Sin embargo de día el detalle cambia. Hay mucha gente y quizá ahí radica su cualidad poco ideal.
Está situado en medio de una zona comercial, entre las calles de piñatas, licores, paraderos, ropa, farmacias, incluso hay un super aki a una cuadra. Entonces, se imaginarán que es un punto de afluencia tremendo, y además, a eso del medio día, las afluencias en Mérida son tormentosas por el calor.
Tirando hacia la tarde, el parque se relaja, los pájaros cantan, la hora de las comprar baja, así que puedes aprovechar una de sus múltiples banquitas para esperar a alguien.
Pero sólo de paso, no creo que vayas a disfrutar de un libro aquí, por el ruido de los camiones que, esos sí, pasan y pasan, con su humo y sus motores.

Este parque es poco conocido por su nombre, yo siempre he pasado por ahí porque cruzando este lugar tomo el camión que me deja cerca de casa, pero hasta hace algunos años supe que se llamaba parque Eulogio Rosado, yo lo conocía como el parque de correos, parque sucio o el parque de los borrachitos (porque así se identificaba mejor y más rápido).
El origen de estos seudónimos es porque este pequeño lugar, tiene mala fama debido a que ahí se quedan muchos indigentes la mayoría teporochitos a dormir tanto en la noche como en el día ya sea en las bancas o en algún rincón en el piso, dando un mal aspecto a este lugar al igual de que por las tardes cientos de palomas se refugian en los enormes arboles de este parque y su excremento cae en las bancas y en el piso de este lugar dejándolo sucio.
Pero a pesar de todo esto este lugar es un importante punto de encuentro para miles de personas que acuden al caótico centro de la ciudad, es común que el Eulogio rosado siempre este lleno de gente sentada en las bancas como paradas refugiándose en la sombrita, esperando a alguien o simplemente descansado.
En lo personal no me gusta pasar por ahí después de las siete de la noche porque está algo oscuro y me da un poco de desconfianza, sin embargo a veces es necesario pasar por ahí aunque uno no quiera. Como a eso de las 7 u 8pm se ponen en ese parque unos payasos atrayendo la atención de mucha gente que pasa por aquí y cerrando el paso de la mitad del parque por la aglomeración de la gente.
Este lugar seguirá siendo concurrido debido a la zona donde se encuentra, pero creo que deberían darle urgentemente una manita de gato.

Conocido por mucha gente como el parque de los Kaues, el kau es un ave muy común y que en este parque proliferan como las palomas en otros parques del mismo centro histórico. Muy tempranito en la mañana o en los minutos previos al ocaso, se escuchan los chillidos estridentes de todas las aves que viven en este parque, que incluso opaca el ruido del tráfico que suele ser el protagonista del lugar.
También lo conocemos como «El parque de los albañiles» pues como encuentra en un punto entre paraderos de transporte de poblados cercanos a la ciudad y paraderos de autobuses que te llevan a los barrios meridanos, es un punto de encuentro muy utilizado para los señores que trabajan como albañiles en la construcción de viviendas de diversos puntos de la ciudad.
Nunca encuentras lugar para sentarte, a todas horas las bancas están ocupadas, suele haber mucho ruido ya que los comercios cercanos se anuncian con altavoces y las distintas melodías que ponen como parte de su «animación» se confunden en este lugar. Además, grupos religiosos también ocupan este espacio predicando con megáfonos a todos quienes esperan en el lugar. Es un parque con mucha utilidad, pero muy caótico la mayor parte del tiempo.

Conocido por la mayoría de las personas que viven en merida como «el parque de los borrachos» debido a que en las noches mayormente se encuentran muchas personas que pasadas de copas se acuestan a dormir ahí. Es un parque que en realidad no tiene mucho que ver, pues lo único que tiene son bancas y se encuentra rodeado de árboles, que para descansar un momento está bien, pero cuidado sí te quedas mucho tiempo, pues puedes terminar manchado con popó de algún ave.
Durante mucho tiempo el parque era conocido porque los boleadores de zapatos aquí se ubicaban y podías venir a lustrar tus zapatos, pero con el paso de los años fueron reubicados a otro lugar, además de que lo remodelaron, no recuerdo mucho los cambios que le hicieron, aunque sí recuerdo que solía ser más visitado y tranquilo, pues mi abuelo ahí trabajaba y solía ir a verlo junto con mis hermanos y madre.
Es un parque con mucho ruido, pues dos de sus calles son de las más transitadas y donde a determinadas horas del día sólo ves un tráfico impresionante y escuchas insultos y claxons de conductores. Además de que debido a esto tiene mucha contaminación, auditiva porque los establecimientos que se encuentran a su alrededor tienen su música a todo volumen.
Por las noches hacen su show unos payasos que anteriormente se encontraban en la plaza grande, su show es muy bueno, por lo que casi todas las noches te encontrarás muchos gente reunida para verlos, aunque hace mucho que no se renuevan y hacen lo mismo la mayoría de las noches, por lo que ya es aburrido.

Parque Eulogio Rosado.
Parque nombrado para honrar la memoria de un militar que participó en la Guerra de Castas llamado José Eulogio Rosado, quien fuera teniente coronel en esta cruenta guerra.
Se encuentra ubicado frente al Museo de la Ciudad (ex edificio de Correos). El parque en si es pequeño, lo que más destaca es un monumento a los «Heroes de la Guerra de Castas», si el término empleado es correcto o inapropiado queda a debate, pero no es el punto de esta reseña.
No es un parque que me inspire a sentarme a pasar el rato, tanto las bancas como el piso están muy sucios debido a los desechos de las palomas y es frecuente que sea punto de reunión de individuos alcoholizados.
Es común ver algunos puestos ambulantes de comida y antojitos aunque no recomiendo mucho consumirlos ya que están a la intemperie y toda la contaminación de la calle recae en dichos alimentos.

El Parque Eulogio Rosado realmente no tiene nada de especial. Está rodeado por algunos árboles, tiene muchas bancas para sentarse y algunos monumentos para adornarlo. Sin embargo, si eres yucateco y tienes que ver a alguien en el centro, es una referencia obligada para ubicarse de manera adecuada.
Algunos los llaman «el parque de las palomas» otros más le llaman «el parque de los borrachos» y yo le llamo «el parque donde te bolsean», porque en más de una ocasión he escuchado anécdotas de personas cercanas que comenten que algo les han robado cuando pasan por ese lugar repleto de gente.
Pensándolo bien… este no es un lugar sumamente recomendable. Tienes tres peligros inminentes: que te haga popó una paloma, que te diga alguna verdad un borracho o que salgas de la multitud sin tu cartera. Sin embargo, no hay mucho que ver. Es un lugar meramente de paso y sirve, más que nada, como un punto de reunión fugaz.

Éste es más bien un parque «de paso», no uno en el que te detienes para contemplar los alrededores o para pasear. Es un parque en el que todos están pasando de camino hacia algún otro lado.
No es extraño, pues se encuentra en frente del Mercado Lucas de Gálvez y del Edificio de Correos, además de que está rodeado de muchos negocios y servicios, todos ellos muy concurridos. Algunas personas se detienen a descansar, o a esperar a alguien, pero no por mucho tiempo.
Descripción: una explanada sencilla con algunos arriates, unos pocos árboles y unas bancas. Una escultura que conmemora la Guerra de Castas es su distinción principal. Lo recomiendo como parte del recorrido de la zona, pero no como un lugar para visitar en sí mismo.
Por las noches es un lugar poco agradable, pues se llena de borrachines. No es un sitio en el que querrás estar cuando oscurezca.

No sé cómo hablar del Eulogio Rosado porque varias cosas me erizan la piel. Casi nadie conoce este parque por su nombre, algunos amigos lo llaman «el parque del mercado», por su cercanía con el Lucas de Gálvez, y otros «el parque de los borrachos», porque a veces se vuelve un punto de reunión de teporochitos.
Pero no quiero irme por las ramas. En el centro del parque se puede ver una estatua que representa a una figura femenina con un yelmo y una espada, muy al estilo griego. En la placa de la estatua antiguamente se leía «A los héroes de la Guerra de Castas», y siempre se me hizo raro que le dedicaran una estatua de estilo griego a los guerreros indígenas que combatieron en esa insurrección. ¿No sería más adecuado que representara un guerrero con rasgos mayas? Pasé mucho tiempo con esa duda, hasta que investigué quién era ese tal Eulogio Rosado y mi forma de ver el parque cambió radicalmente.
Resulta que Eulogio era un teniente coronel que jugó un papel muy importante en la guerra… pero no del lado de los rebeldes mayas. Más bien era parte del ejército que combatió contra los indígenas, y cuando la placa de la estatua se dedica a los «Héroes de la guerra de castas» no estaba dedicada a los indígenas, sino a los soldados del ejército colonial. ¿Les parece decepcionante?
Pues resulta que la historia dio un giro radical, porque de un tiempo a la fecha, escribieron en la placa la palabra «Mayas», y ahora se lee «A los héroes Mayas de la guerra de castas». Si se fijan bien, la palabra se escribió como si luchara por hacerse espacio entre las dos líneas que la atrapan. Es muy obvio que no se trata de la misma letra y que alguien terminó de escribir la frase como pudo. Me parece un acto de reconocimiento a ese ejército rebelde al que nadie le dedicó un parque, y que por un gesto de justicia terminó grabado en la estatua en honor a su enemigo.

Uno de los parques más atiborrados de personas que he visto en el sentido que es muy poco probable encontrar una banca desocupada y que los puestos de comida que lo rodean hace que haya mucha gente que llegue al parque.
Ubicado a unos pasos del Museo de la ciudad en el centro de Mérida, este parque presenta un lugar muy cómodo para descansar y donde poder comer si se llega a tiempo, después de haber estado caminando un largo tiempo por el centro de la ciudad y haber recorrido dos museos como fue mi caso.
El parque cuenta con un monumento en el centro del mismo para conmemorar como se lee en la placa a los «héroes mayas de la guerra de castas». En este parque los puestos que lo rodean son más que económicos y varios tienen un buen sabor así como llenadores si no has comido por un buen rato.

Este parque es extremadamente concurrido, siempre hay personas transitando y sentadas en las bancas que están bajo la sombra de algún árbol o bien, invadida por parvadas de palomas que quizá no está entre sus planes arruinar tu ropa pero no ésta de más ser precavido, por lo demás sólo hay que tener cuidado y disfrutar del paseo.
En él se yergue un monumento a los héroes mayas de la guerra de castas. A las cuatro esquinas del parque existen diferentes tipos de puestos de comida, desde hamburguesas de15 pesos y hot dogs de 7.50 hasta tortas que no exceden de 25, en cuanto al agua fresca, también hay puestecitos que venden un litro por 12 pesos por lo que estén atentos.
Es un punto clave de la ciudad tanto por su ubicación como por su historia que según la información proporcionada por el módulo turístico fue fundado en 1884 conmemorando el 342 aniversario de la ciudad.