Abarrotes Lety

Sales del trabajo y solo se te antoja cenar algo común como una torta de jamón, piensas en que no tienes bolillos y no te queda ninguna panadería en tu camino, que no quieres meterte a ningún supermercado a comprar jamón ni queso; que la verdulería para el jitomate y lechuga cerró justo a las 6 y en que siempre que sales del trabajo, todo ya está cerrado y tendrás que comer atún solo (otra vez). La vida se complica, en tu camino a casa vas pensando en tu frustración y de pronto, ves una tiendita de abarrotes, que desde afuera se ve que tiene la máquina para rebanar jamón. Entras, te das cuenta que al fondo hay una pequeña sección de verduras y fruta, donde encuentras jitomate, lechuga y cebolla; ya sabes que hay jamón pero ¿los bolillos? Volteas y ¡zaz! una canasta con bolillos y otras piezas de pan dulce. Te formas feliz y pides tus ingredientes faltantes, el jamón y el queso. Sales satisfecho, una tienda de abarrotes que cierra hasta tarde y además vende absolutamente todo lo que necesitas para sobrevivir a tus antojos y vida Godínez.