Al Sazón de Doña Chelito

Dentro de cuevas pueden habitar monstruos, criaturas celestiales, oh si, anacoretas y un montón de posibilidades. En rincones poco transitadas, pues chacas, grupos que no pueden ser adjetivados, basura y tesoros. Allá, donde la vista siempre falla y no alcanza a vislumbrar, o te puedes encontrar con una tragedia de muchos tipos o, la oportunidad de otorgarle a tu cuerpo una satisfacción sorpresiva.
La comida sabe de pelucas. No, a pelo no. Maravillosa, como los platillos que la abuela preparaba cuando sus piernas no estaban tan delgadas. Sabe a francachela, a comilona y papalina. Se siente el aroma a olla de mujer preparada.
Infortunadamente, pocas almas se pasean por allí. La estación de metrobús Américas queda cerca, pero de todas formas…
Rica experiencia en cuestiones de comida rápida, a la carta o menú, que bien cubre las posibilidades culinarias del mexicano a la hora de comer. Las doñas son re divertidas y el chavo no se muestra en conflicto con el mundo.