Altar de los Ausentes

Es parte del conjunto que recuerda a las personas que han muerto en en barrio de Tepito y la Morelos. El cruce es un lugar violento. En el gimnasio de enfrente no hace mucho fueron ejecutadas cuatro personas, han muerto, desde el 2004 a la fecha treinta y nueve más. Me parece un registro de la Historia añeja de estos barrios y la forma en la que viven y mueren algunos de sus habitantes.
Se siente una vibra acre, seca, agreste. En el lugar el arte y la religión se juntan. La capilla es fuente de la improvisación y el ingenio anónimo de sus diseñadores, de las manos de los albañiles, de las ideas sobre lo que un nicho, un altar debe de ser. Es la mejor muestra de la arquitectura de la perifería, de la creación sin nombre, como si siempre hubiera estado allí. Me sorprende y asombran los parámetros de construcción los colores, la relación de elementos, materiales, figuras y su disposición en medio de la calle. Hay energía, no importa que no sea bello, no se necesita la belleza, se necesita la acción. Se hacen las cosas. Hay cierta voluptuosidad admirable en ello y que me llena como alguien que se precia de haber estudiado arte.
Es un lugar solemne pero también lúdico, salido de las víceras, de la emoción del impulso. Nada se contiene. Es una sensación rara estar aqui amén de la presión que sobre la integridad propia pesa al recorrer estas calles. Es un juego.