Este es uno de los pocos sitios de donde me traen mis regalos y no son productos para el jardín, mi hija o mi máquina de coser, sino es pan, mucho pan. El mejor pan de la ciudad y avalado por mi, que soy una experta, hija de panadero, que tiene abuelo panadero y una gran familia comedora de pan como yo. Aquí todo es delicioso, pero en especial las bombas, sí, ese platillo producto de la transformación de una concha(bollo cubierto de azúcar que al ser horneado queda blanco y dulce) y la rellenad de frijoles, queso, cajeta, chocolate, nata, ad infitinutm. Aquí hay también focaccia, roscas, pasteles en esfera o cake bomb, pan artesanal y de todo. Y no podría dejar de llamarse Aula Chocolate sin mencionar sus cursos para todas las edades, es un sitio único que visitar y que merece una excursión para probar sus desayunos, que tienen combinaciones frescas, equilibradas y fuera del tradicional desayuno americano con huevos revueltos.